Miedo a despertar (2051 – borrador)
Lo tuyo siempre fue el miedo
De no verme, de perderme
De no vivir y de amar
Lo mío era despertar
Y que un día lo nuestro ya no fuera
Que no fuera realidad
Cuántas veces nos pasó
En la distancia que nos une
Y que nos separa en la verdad:
Abrir los ojos a tu lado
Y encontrar un abismo desolado
Que me cuenta que no estás.
Ahí nació el miedo a despertar
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(Alfred)
Separarme de Amaia, Emma y Alejandro me costó más de lo que me podía esperar. Ese verano habían pasado varias cosas que me habían hecho dudar más que nunca de la idea de irnos de gira.
En primer lugar, estaba Emma. La veía agobiada, pero no había querido contarme de qué se trataba. Al final, había acabado haciéndose evidente que era su relación con Lucas, porque ni siquiera se había ido a Gijón con él y su familia.
—Quiero aprovechar el mayor tiempo posible con vosotros —me había susurrado, abrazándome, cuando le había preguntado el motivo. La había sentido muy frágil entre mis brazos.
Pero al volver de Pamplona también había seguido evitándolo.
—Me preocupa que no lo hable con nadie —le había comentado a Amaia, apenas una semana antes de irnos.
Amaia se había encogido de hombros.
—Hombre, teniendo en cuenta que siempre le has dejado claro que no te gusta mucho su novio... —me había respondido Amaia, con voz indiferente.
Yo le había dirigido una mirada derrotado, porque llevaba razón. Maldije mi descuido.
—Amaia... —dudé acerca de lo que le iba a decir ahora, pero me parecía necesario. Ahora más todavía—. Estarás muy pendiente de Emma, ¿verdad?
"No quiero arrepentirme de no habérmela llevado también", añadí para mis adentros, sin poderlo evitar. Entonces me reprendí: ¿en qué momento había empezado a dudar de la madre de mis hijos?
Amaia me había lanzado una larga mirada cargada de elocuencia, como si mi petición sobrara. Pero yo no me arrepentía de haberlo hecho: era importante que fuera consciente de que nuestra hija la iba a necesitar más que nunca.
—No te preocupes, Alfred. Todo saldrá bien... —me había asegurado Amaia al fin, con voz firme... pero desde el otro lado de la habitación.
Porque ese era otro problema, la distancia entre nosotros. Sentía a Amaia tan lejos de mí como antes de haber hablado, y mira que había tratado de poner de mi parte: había facilitado que hiciéramos cosas todos juntos, como familia, y también había intentado buscar momentos a solas con ella. Pero ahí siempre me ponía más problema.
La única ocasión en todo el verano que la había notado un poco más receptiva había sido después del concierto al que fueron los cuatro. En realidad, le había propuesto a Amaia si quería salir a cantar Et Vull Veure conmigo, pero ella me había dicho que no, argumentando que sería mucho lío. En realidad, sus ojos me decían que no estaba preparada, que no podía hacerlo, porque para nosotros cantar juntos siempre había sido una experiencia mucho más profunda, una conexión espiritual.
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Una voz compartida
FanficAmaia y Alfred han empezado a formar una familia, pero nadie decía que fuera a ser un camino fácil. Después de haber superado por completo el accidente, y ahora con Emma, Alejandro y Helga en sus vidas, los cinco se disponen a seguir adelante, a pe...