76. Sinceridad brutal

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—Papi, ¿es verdad que antes no hablabas?

—Sí, princesa. Después del accidente. Me costó muchos meses y mucho esfuerzo volver a hacerlo. ¿Tú te acuerdas de cuando papá todavía no hablaba bien?

—Sí, sí. Pero lo conseguiste. Fue por la música, ¿verdad?

—Verdad. Todas mis letras aparecieron con la música. Pero quien me conectó a ellas fue mamá.

—¿Mamá? ¿Pero cómo?

—Porque era siempre ella. Siempre la recordaba cantando, o me la imaginaba diciéndome una letra, y entonces encontraba el camino para saber pronunciarla de nuevo. Y tú también me ayudaste con tu canción, ¿recuerdas?

—Sí, ¡Alejandro!

—¿Ves? Es el amor, princesa. Es el amor lo que siempre nos vuelve a conectar con la música y con nosotros mismos.

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(Emma)

Había hablado con mamá y papá al día siguiente de que el vídeo se hiciera viral, bien entrada la tarde. Estaban los dos sentados en el sofá con cualquier cosa que se habían puesto por encima, pero el pelo les delataba: ¿habían estado jugando?

No pude evitar que me hiciera gracia ese detalle y, en el fondo, me había preguntado si tendría algo que ver con mi vídeo. Porque sí, todavía se me aceleraba el corazón cada vez que lo veía. Claro que entonces mamá se había asegurado de que no me olvidara de lo importante: Lucas. Como si pudiera hacerlo.

Nada más acabar la videollamada había abierto nuestra conversación de WhatsApp por enésima vez ese día, pero después de observarla y tratar de hacer el intento de escribirle algo, había acabado cerrándola invariablemente, como en todas y cada una de las ocasiones. Su último mensaje decía: "Disfruta. Te quiero mucho".

Ahora no era capaz de escribirle nada, aunque sabía que tenía que hablar con él. ¿Qué habría pensado del vídeo? ¿Qué se estaría imaginando? Tanto Chris como yo habíamos tratado de mantenernos alejados de las redes sociales durante todo el día porque Carol ya nos había dicho que el tema estaba bastante candente.

Y eso que entonces nadie era capaz de imaginar en lo que se iban a convertir las semanas siguientes. ¿Cómo habríamos podido preverlo? Era un simple vídeo...

A pesar de que tenía ganas, me sentí aliviada al cortar la conexión con papá y mamá. La ventana hacia mi verdadera realidad se había vuelto a cerrar y volvía a estar en mi burbuja, en nuestra burbuja. En eso habíamos quedado cuando por fin, después de ver el vídeo, tuvimos la conversación pendiente.

Al día siguiente de haberlo ensayado recibimos el mensaje solicitando que aceptáramos una publicación con nuestra imagen. No era el primero, ni sería el último, porque sacaban muchos fragmentos de clases y actividades. Ni siquiera le presté más atención, como supongo que también haría Chris.

Esa misma noche, en hora punta, lo habían publicado. Estaba con Carol en la residencia cuando nos había llegado la notificación de YouTube. De nuevo, yo no tenía ningún interés en verlo, porque además estaba haciendo algunas tareas pendientes del curso.

—Emma... You've to see this (Tienes que ver esto) —me avisó Carol, quitándose los auriculares y pasándome su móvil.

Me llamó la atención que me hablara en inglés, pero comprendí que era importante cuando vi la expresión en su rostro, una mezcla de extrañeza, nerviosismo y deleite. ¿Qué habría sido capaz de ponerla así?

No me hizo falta más que mirar la pantalla para comprenderlo. Allí estábamos Chris y yo mirándonos como dos bobos. ¡Como dos bobos! Lancé un pequeño grito. ¡¿De verdad que lo miraba así?!

Una voz compartidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora