62. Orphan

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—Papi, ¿mamá y tú sois famosos?

—¿Por qué lo preguntas, Alejandro?

—Porque Emma siempre dice eso... Pero si sois cantantes, ¿no? Porque escribís canciones, y cantáis...

—Claro, esa es la verdad. Mamá y yo solo queremos ser cantantes...

—Pero papi..., entonces... ¿Emma lleva razón y mamá y tú también sois famosos? Pero eso es guay, ¿no? Seguro que os lo pasáis muy bien.

—Muchas veces sí. Pero también significa que hay gente que quiere aprovecharse de nosotros.

—¿Aprovecharse de vosotros? ¿Por qué?

—Porque quieren dinero.

—¿Pero qué dinero? ¡Si lo guay es cantar y que mucha gente lo escuche!

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(Alfred)

Después de aquella gloriosa cena en la que ya todos en la familia mostramos nuestras cartas, pensé que el resto del trimestre iría más sobre ruedas. ¿Qué otra cosa podía pasar?

Lo de Eurovisión ya era oficial, y Helga y David parecía que no tenían intención de meterse en muchos más líos... por el momento. Porque, aunque tenían nuestro voto de confianza, con mi hija pequeña nunca se sabía.

El caso era que, si apenas un año antes me hubieran dicho que Emma sería la que más me preocuparía de mis hijos, me habría reído con ganas. Pero es que así era. Nuestra niña hacía tiempo que se había ido apagando, pero también estaba tan apegada a ese estado, aun de forma involuntaria, que no hacía nada por salir de él. Vamos, que se había encariñado con la piedra... y quizás ya iba siendo hora de dejarla en el camino.

Claro que eso, como tantas otras cosas, no era un tema que pudiera sacar tan libremente si quería respetar sus decisiones. Sobre todo porque cada vez que lo hacía, o que Emma me veía venir siquiera, ya estaba esquivando el asunto y corriendo en dirección contraria. ¿Había algo que pudiera hacer para ayudarla?

Al menos tenía la tranquilidad de que estaba muy volcada ayudando a sus hermanos y, aunque eso le permitía eludir el enfrentamiento con la situación, también conseguía que no se perdiera del todo. A Emma siempre la salvaría su familia...

Por lo demás, estaba siendo una temporada de mucho trabajo. La mayoría de los artistas de SingTubers nos encargaban la producción de sus versiones para subirlas a las plataformas digitales, en especial los que tenían menos recursos o experiencia. Por eso, no era de extrañar que Matt o, por supuesto, Dark Skies, no lo hicieran. Aunque estaba claro el motivo en el caso de los segundos.

Sin embargo, me enorgullecía que Principios de Invierno, uno de los grupos que empezó con resultados mediocres, había ido escalando posiciones rápidamente gracias en parte a las mejoras sonoras que íbamos introduciendo en sus temas. Ese era el punto fuerte de SingTubers, porque añadía un factor sorpresa y, además, solía mostrar todo el proceso, lo cual generaba bastante interés. Además, en el caso de Principios de Invierno, me encantaban las dos chicas que formaban el grupo, muy vitalistas e innovadoras, que no llegaban a decantarse por lo indie, pero le daban su toque personal a todo... Entre producción y producción, yo ya estaba empezando a visualizar su futuro en la discográfica...

A todo eso había que sumarle los proyectos que ya teníamos con otros artistas... Y el disco de Alejandro, que había decidido lanzarse al final. Aún me preguntaba cada vez que lo veía cómo había conseguido convencerlo Oriol. ¿Qué le habría dicho, para que hubiera aceptado?

Una voz compartidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora