El tiempo ya había pasado ahora Ahmena era una dulce niña de 10 años junto a su familia habían recorrido varios pueblos por el vasto territorio francés las cosas no habían sido fáciles para ellos puesto su hermano Athenois murió tiempo atrás y quedando solos nada más los hermanos Luba y Poupi que les ha costado mucho localizar Marsella por sus incapacidades físicas, eso hizo que no les fue fácil encontrar los caminos que los dirigieran directo a Marsella el pueblo donde localizarían aquel hombre que Luba juro a su hermano Athenois buscar en su lecho de muerte, al fin ellos ya estaban ahí, Luba ya no tenía dinero, ni siquiera alimentos guardados, así que lo mejor sería pedir limosna con la pequeña Ahmena y dejar a Poupi al cuidado de sus pertenencias, como lo han hecho todo este tiempo, dejaron su carreta cerca del pueblo en una cueva que habían encontrado Ahmena y su tío Poupi para refugiarse de la noche.
—Mamá ¿Por qué no dejamos la carreta cerca del pueblo, aquí se quedará sola y nos pueden robar?
—Tu tío Poupi se quedará. No se quedará sola él se quedará a su cuidado.
Poupi resopló y dijo:
—¿Por qué no ir?
—Porque no daremos función, no quiero que se burlen de ti.
La familia sobrevivió largo tiempo de los espectáculos y la caridad. En realidad, quería estar solo con Ahmena para que sea más fácil encontrar a François Charpentier, además levantar espectáculos llevaba más tiempo, y eso podía aprovecharlo en la búsqueda del hombre que necesitaba encontrar.
Ahmena interrumpió sus pensamientos.
—Mamá, presiento que estamos dejando a tío Poupi y la carreta muy lejos del pueblo, caminaremos demasiado.
Luba le respondió:
—No te quejes hija, mejor démonos prisa para llegar, si queremos, aunque sea ganar algo de comida.
—Tío Poupi, espéranos, no vayas a irte.
Poupi le sonrío y le dijo:
—Chi muñequita me quedaré aquí.
Ahmena le dio un besito a Poupi y se alejó con Luba en busca del camino; por suerte encontraron unas personas en el camino y ellos dirigieron a Ahmena y a su madre por el camino que parecía que los llevaría hasta el pueblo de Marsella, ellas al fin llegaron a aquél lugar que tanto deseaban conocer. Les dijeron que se encontraban en el barrio de Palier, donde vivía una gran cantidad de migrantes, mercaderes, pescadores y aficionados a los barcos.
Caminaron a la plazoleta más linda del lugar llamada "La Place De Lenche", y Ahmena dijo a Luba que era el mejor lugar para pedir caridad, porque mucha gente cruzaba. Luba le sonrió, le agarró la mano y ambas se sentaron en el piso.
La belleza y la dulzura de la niña era tal que la gente no se negaba en regalarles algunas monedas, y en poco tiempo lograron reunir suficiente para retirarse.
—Ahmena, ya podemos irnos, hemos juntado suficiente, además pronto lloverá, mis huesos lo sienten.
—Mamá, el día está muy hermoso.
—Verás que pronto lloverá.
—¿Cómo puedes saberlo?
—Desarrollé otro sentido para percibir el clima.
—¿Y si antes de que llueva vamos a conocer el mar?
—Será en otra ocasión, mientras lo buscamos, nos mojaremos demasiado.
De repente la lluvia calló como lo había predicho, y ésta dijo:
—Ya ves hija, ya nos agarró la lluvia.
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Ahmena y Dhivano [Terminada]
Historical Fiction¿Alguna vez oíste de la Maldición de la Luna Negra? Conoce la historia del amor de Ahmena y Dhivano, dos amantes unidos por el destino y esta maldicion uno viene de la opulencia, el lujo y, sobre todo del rechazo de su padre. La otra viene de la pob...