59.- "Ahmena en el Castillo de los Duque de Bretaña"

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Un gran pésame cayó en el Reino y toda Francia, Ahmena no salía de su campamento ni para comer, su madre la cuidaba y la obligaba a alimentarse, el Rey no podía soportar tener a la joven así, que ideó un plan para estar cerca de ella y ayudarla a olvidar a su hijo. Los días seguían pasando, cada día era más pesado para Ahmena, que quería acabar con su vida, así que pensó que debía ya acabar con su inmensa agonía, que le tragaban el alma, que no la podían dejar vivir en paz, decidió que el mejor camino era reunirse con su amado Dhivano.

Esperó que todos estuvieran dormidos y entró sigilosamente al campamento de su padre y tomó su espada, también llevaba consigo una especie de cofre Pla tirado, donde estaban depositadas las cenizas de su amado Dhivano.

Decidió que lo mejor es que nadie viera su noble acción, solo quería que el dolor parara, así que en el lugar donde dormía, había reunido una gran cantidad de flores, las puso a su alrededor, asentó a un lado aquel cofre Plateado, y cogió aquella espada, con la que cortó sus muñecas. Se recostó encima de las flores, y sólo esperó su muerte.

La sirvienta Nadina, que ya se había levantado, entró en el momento que Ahmena había cerrado los ojos. Asustada por la situación, enseguida le habló al padre de Ahmena y a su hermano, al verla entendieron que Ahmena quería morir, enseguida su hermano Donatien

Ésta abrió los ojos y llorosa le dijo:

—Déjame morir, no me salves sólo déjame morir.

Su padre, al oír eso dijo.

—No hija ¿cómo es posible que pienses en morir? no puedes dejar a tu familia por favor reacciona Ahmena, te necesitamos.

Enseguida hablaron al doctor del pueblo; el torniquete aguantó hasta que este llegó, y François preguntó:

— ¿Cómo está mi hija?

—Se encuentra bien, ya que no logró cortarse lo suficiente como para que se da que un daño grave, ella va estar bien.

—Gracias doctor, se lo agradezco.

—No hay de que, con su permiso me retiro.

Enseguida apareció el joven Donatien y este le preguntó a su padre:

— ¿Cómo está mi hermana?

—El doctor dijo que va estar bien, no te preocupes Donatien.

— ¿En qué está pensando Ahmena?

Enseguida la sirvienta Nadina dijo:

—En reunirse con el Príncipe Dhivano, si no hubiese entrado en estos momentos ya estaría con él.

Todos estaban asustados, veían que Ahmena era capaz de suicidarse.

El Rey se enteró de lo sucedido y fue a ver a la joven, llegando al lugar encontró al padre de ésta y le preguntó sobre lo sucedido:

—Señor François ¿se encuentra bien la joven Ahmena?

—Está fuera de peligro, no logró desgarrase a profundidad sus venas.

— ¿Por qué lo hizo?

— Quería estar con su hijo.

Enseguida vino a su mente la gran oportunidad para tenerla junto a él, se aprovechó de la situación, así que el Rey le ofreció asilo en el castillo a la joven Ahmena mientras se recuperaba de tal fatídico desastre.

—Entonces es un peligro que Ahmena esté aquí.

— ¿Por qué dice eso?

— Porque ella se iba a casar con mi hijo, estando aquí es donde ella habría hecho su vida con él, si intentó suicidarse es porque no soporta levantarse todos los días y ver a sus alrededores, el lugar donde haría su vida y no podrá hacerlo.

Ahmena y Dhivano [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora