68.- "¡La gran curiosida de Ahmena por madeliene¡"

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La noche llego el Rey como siempre había llegado tarde, ya que de un tiempo para acá su Reino se estaba empezando a derrumbar, las cosas no iban bien el Rey para poder dar todos los lujos a su amada Reina, hacia crímenes atroces, les cobraba más impuestos a la gente no se preocupaba por gastar en comida para su pueblo o en invertir en los campos, la gente estaba muy molesta con el ya no quería más de sus injusticias, derrochaba todo el dinero y riqueza del Reino en su esposa , ella no le pedía nada pero el Rey deseaba dárselo aunque esta no le exigiese nada, pero aun así a pesar de todos esos problemas siempre entraba a la habitación y besaba y acariciaba la frente de su ahora esposa Ahmena y hoy no era la excepción así que así lo hizo a esta, que estaba acostada, que enseguida se despertó y giró, el Rey le dijo:

—perdóname, no quería despertarte, pero no podía pasar el día sin besar tu frente.

Esta se sentó en la cama y abrazo al Rey cruzo sus brazos en su pecho mientras este de igual forma se desvestía para poder preparase para dormir, él se estaba quitando una de sus botas

—Louis Edouard, no te preocupes sabes que espero todas las noches tu llegada y más te esperaba hoy para decirte 3 cosas, aunque últimamente has llegado muy tarde hoy no tenía ni idea de la hora que ibas a venir, pero decidí esperarte no importa la hora que llegases mi amado Louis Edouard.

—gracias por espérame tan tarde mi amada Ahmena, no esperaba menos de ti... y si he estado viniendo tarde, es porque las cosas no Handan bien en el Reino, hay muchos problemas y disgusto con la gente, de apoco se iniciará una guerra por mi pariente lejano Carlos de Lancaster por la lucha del Reino y mucha gente lo apoya.

—no puede ser mi amado Louis Edouard.

—pero no te preocupes veré como solucionar las cosas.

—entiendo...

—antes que cualquier problema en el mundo estas tú, ata no dejare que nada te afecte y bien dime Ahmena ¿que eran esas cosas que necesitabas decirme?

—tienes muchos problemas Louis Edouard lo mío no importa.

El acaricio una de sus manos que lo abrazaban giró su rostro hacías ella beso su mano y le dijo:

—sí, sí importa y mucho así que dímelas, ya te dije que antes que cualquier cosa estas tú, así que dímelas, no temas.

—está bien te las diré, la primera es que dime... es algo que de pronto, me salió mi curiosidad y no sé si puedas aclarármela.

—y ¿cuál es esa curiosidad?

—dime ¿por qué no hay ningún retrato de tu esposa en el castillo?

—de ti he pensado a llamar a un famoso pintor, para que te retro ti y llenemos el lugar solo de tus retratos.

—no me refiero a mí, si no me refiero a la mamá de Dhivano.

El bruscamente quito sus manos de encima de él y se paró de la cama y le dijo:

—mira Ahmena no es por no responderte, pero esos son temas que me lastiman profundamente, pero si quieres saber la razón de mi aptitud es porque, su muerte fue muy dura para mí.

—lo entiendo, pero ¿por qué no conservar un retrato para recordarla? aunque sea para eso.

—Ahmena la verdad es que no podía voltear y ver su retrato porque sentía que me mataba por esa razón decidí sacarlos, todos del castillo para que no fuera tan doloroso su recuerdo y por eso decidí no conservarlos, no es por otra cuestión, su recuerdo la llevare siempre en mis pensamientos y así es mucho más fácil de llevar, ya que uno elige en que momento recordarla, que tener un retrato de ella que en cual quiere momento uno pueda ver.

Ahmena y Dhivano [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora