La carreta recorrió las praderas Dhivano iba conduciendo Ahmena solo le veía su rostro de aquellos profundos ojos azules. La carreta se detuvo en algún lugar de esa pradera y se establecieron ahí y Dhivano solo la veía y le decía:
—Ahmena sabes nunca pensé que sería feliz y menos que conocería que es el amor, sabes después de la muerte de mi madre nunca pensé que hubiese alguien aparte de mi nana que me amara, más de lo que pensara, Ahmena fui muy desdichado en toda mi infancia, nunca tuve deseos de nada, ni siquiera dirigir un país, no tuve el deseo porque mi padre nunca se ocupó de mí, nunca lo hizo, crecí con los sirvientes podría decirte que el Canciller Leonilo es más mi padre, el me enseño todo lo que sabe, de mi padre no tengo muchos recuerdos salvo uno que otro y son solo de cuando me entrenaba y créeme que eran muy rara las veces, por eso estoy feliz a tu lado.
—y yo Dhivano jamás pensé en enamorarme, nunca lo pensé realmente siempre pensé que sería Ahmena la joven sin remedio, pero tú me has demostrado que puedo ser más que eso, tú giras mi mundo y eso es lo que nos hace parecidos.
—aunque has de admitir que te domino, soy mejor que tú, admítelo—le decía con cierto sarcasmo a su amada—
— ¿que tú qué? Por su puesto que no, yo soy la que te domina.
Dhivano la tomo y la acostó en el suelo y se puso encima de ella agarrándole las manos tan solo sintió en ese momento aquel gran amor que le profesaba que crecía día con día solo quería que el tiempo se detuviera solo observo esos hermosa sonrisa y rostro que reflejaban el verde de sus ojos.
— ¡gracias Ahmena por existir! Y claro que me dominas, dominas mi corazón, solamente tú lo dominas nadie más.
El joven el beso tan solo sentía esos delicados labios tibios de su amada Ahmena solo quería sentir su calor, después de eso ambos quedaron sentados en el pasto observando el cielo, después de eso decidieron almorzar y Dhivano aprovechó para decirle a Ahmena:
—Ahmena sabes quisiera robar a un rico, hace tanto que no hago nada tan peligroso. Tú alguna vez ¿has robado? Si te lo pregunto es por la fama que tienen los gitanos de ladrones, no quiero que te ofendas con mi pregunta—farfullo el joven para que su amada no se sintiera ofendida—
—bueno— la joven callo por un segundo ella no podía ocultarle nada a su amado así que solo decidió serle muy directa y sincera— si la verdad es que si, aunque me da un poco de vergüenza admitir que mi familia y yo realizábamos robos, pero que opción nos quedaba avécesela gente es hostil con los gitanos.
—no te sientas avergonzada.
Ahmena se sorprendió por las palabras del Príncipe Dhivano.
— ¿por qué dices eso Dhivano?
—yo a veces recurrí a eso para ayudar a la gente que lo necesite, así me conociste siendo el intrépido Garis Mullir el ladrón de Nantes, muchas veces vendía mis cosas de valor para ayudar a la gente, pero mi padre dejo de darme esas cosas de valor al ver lo que hacía así que tenía que robar para conseguir la forma de ayudar a la gente del pueblo de Nantes o de otros pueblos en los que mi padre visitara o pudiera yo ir.
—entonces de alguna manera robabas por necesidad peor no necesariamente la tuya si no de alguien más.
—sí y que te parece si lo hacemos si robamos a algún rico.
— ¿pero y para qué? —pregunto la joven Ahmena
—es que me dijiste que quieres hacer algo atrevido, volver hacer la de antes.
Le dijo el joven príncipe invitándola a la aventura, pero a pesar de su invitación ella quería aclararle;
—bueno si, pero robaba por necesidad no por otra cosa nunca dije eso de robar por diversión.
El joven con ese gran entusiasmo igual quería aclara arle;
—me dijiste que quieres volver hacer la chiquilla despreocupada y yo te dije que quisiera por un día ya no ser un Príncipe, que te parece si tú y yo asaltamos la carroza de un rico y vivir esa aventura juntos solo para recordar y así le llevamos el dinero a la gente que más lo necesite aquí en Nantes, además tu no quieres ser esa dama bien portada y yo ese Príncipe con un absurdo buen comportamiento ante la sociedad. Solo vivamos esta aventura una vez más mi amada Ahmena
Las palabras del joven retumbaron en su cabeza que hacían que al convencieran peor para confirmar si era lo correcta esta le pregunto;
—y ¿robando crees que lo seremos?
—tal vez si por ese momento, pero es algo que se quedaría como un gran recuerdo el resto de nuestras vidas, solo sería una vez Ahmena y además ya se acerca mi cumpleaños.
Aquello que el príncipe dijo de su cumpleaños le extraño a la joven doncella puesto que ella igual ya cumpliría años;
—qué extraño el mío también, ¿Cuándo lo cumples Dhivano?
—para ser exactos en 5 semanas.
—yo igual bueno 5 semanas y un día después—le comento Ahmena.
—eso quiero decir que cumplimos casi el mismo día, así que la vida me trajo un maravilloso regalo.
—al parecer así es, no puedo creer que cumplamos casi el mismo día con la diferencia que lo cumplo un día después que tú.
Lo que no sabían los jóvenes que cumplían realmente el mismo día, pero Luba decidió que su hija su cumpleaños fuera el día que su hermano Athenois la aceptaba en la familia y no el día que la encontraron...
—ni yo, pero eso es una señal de que nacimos para estar juntos, por eso te amo.
Dhivano se paró, levanto a Ahmena del suelo este la tomo entre sus brazos y la alzo al cielo giro con ella en el lugar ambos cayeron de nuevo al suelo riendo la tarde pasaba los dos enamorados sentían tanta felicidad que no se daban cuenta como el tiempo se esfumaba se levantaron y tomaron la carreta Dhivano hizo que corriera bien rápido, el, la llevo a su campamento Ahmena bajo de la carreta y lo beso de nuevo y Dhivano le dijo:
—Ahmena y ¿pensaste ya muy bien de lo que te propuse?
— sí y pues tienes razón si solo va ser una vez, pues vivamos la aventura solo se es joven una vez, mi amado Dhivano.
—te dejo tengo que regresar ya es muy tarde, nos veremos mañana y pasado y todos los días. Serán todos los días ¿no es así mi amada Ahmena?
El joven de nuevo tomo a la joven y la alzo riendo y el beso Ameno solo le dijo:
—si Dhivano todos los días sin faltar ninguno.
—Te amo...
Después el bajo, se subió a su carreta, y Dhivano se alejó con la carreta y paro y grito con todas sus fuerzas:
—Ahmena ¡te amo ¡!te amo!
Ahmena al escuchar esas dulces palabras igualmente grito con todas sus fuerzas:
—yo igual ¡te amo!!Te amor! Dhivano...
Así que la carreta se alejó Ahmena regreso feliz y pensando que en poco tiempo seria su cumpleaños y la emocionante aventura que viviría con su amado Dhivano.
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Ahmena y Dhivano [Terminada]
Historical Fiction¿Alguna vez oíste de la Maldición de la Luna Negra? Conoce la historia del amor de Ahmena y Dhivano, dos amantes unidos por el destino y esta maldicion uno viene de la opulencia, el lujo y, sobre todo del rechazo de su padre. La otra viene de la pob...