30.-"Efrentando las verdades del corazon"

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La fiesta ya había terminado fueron llevados a las habitaciones reales por órdenes del Rey la familia de Ahmena y ella fueron trasladados a las habitaciones del castillo para que pasaran la noche ahí a Ahmena la dejaron en un cuarto solo para ella. Ya era de noche y estaba cansada así que prosiguió a cambiarse cuando escucho un ruido y algo la sujeto por atrás este giró y vio que era Dhivano y le dijo:

—tu ¿qué haces aquí?

—Ahmena no puedo creer que seas tú—La abrazo enseguida— pensé que ya te habías ido y que jamás te iba volver a ver.

—Suéltame – la joven lo empujo—pues mañana me iré de eso no se preocupe su real Majestad.

—Ahmena no puedo creer que seas una bailarina, una persona muy diferente a la que conozco que me hayas ocultado eso—con gran pesar le recriminaba.

La joven empezaría a discutir con el joven Príncipe:

— ¿me reclama a mí? —enojada no podía dejar de sentir aquel rechazo a sus mentiras al igual hechos por el príncipe Dhivano y no toleraba que le recriminaran cuando el igual mintió— Disculpe el que me engaño fue usted, el que me dio un nombre falso fue usted, yo siempre fui sincera y sobre todo el que me dijo que era un simple plebeyo fuiste tú, y mira resultaste ser un Príncipe que quería ¿qué? Jugar con una simple gitana, claro que eso le gusta a los de tu clase burlarse de una plebeya como yo, eso fui una simple burla, un simple juego para usted su Majestad, como usted una vez me advirtió que está acostumbrado que muchas tontas doncellas caigan en sus redes y como dijo yo no iba ser la excepción— lo veía con esos ojos de enojo, llena de cólera pro su actuar del príncipe—

—No es verdad no lo fuiste y no lo eres, no eres un juego Ahmena—le expreso con suma sinceridad a la joven doncella no podía permitir perderla de nuevo— además no me dijiste el porque te marchabas, no me distes explicación alguna, solo saliste escapaste dejándome con el corazón en la mano, destrozado que ya habría sido ofrecido y al cual rechazaste.

La joven Ahmena alterada intento disculparse a su manera rebelde

—no lo rechace, tan solo, no quería arrastrarlo a mi vida, —grito con fuerza—¡mi vida es esto! — bailo para ganarme la vida soy una vulgar bailarina, al igual que otra cosa que he hecho con mi familia y sabía que jamás podría entender, pero ahora entiendo que si soy una doncella tonta porque le creí sus mentiras.

—no digas eso, no eres eso Ahmena, no lo eres en todo caso tienes razón yo le mentí a tu corazón, en lo que soy un Príncipe al cual si le debe de avergonzar y lo avergüenza—se paró enfrente de ella le tomo de sus manos y con fuerza lo acerco a su pecho en sus ropas donde estaba bordado ele escudo Urbinio— le avergüenza el apellido que porta, el apellido Urbinio— y le soltó sus manos— el que no le interesa riqueza ni nada tan solo que las personas lo amen por lo que es, no un simple título o ser el dueño de un país de un Reino, no Ahmena, si le mentí a nuestro corazón fue por vergüenza por que ya está harto de la vida o el mundo de protocolos de donde vino, donde nació, tan solo quiere una vida normal, como cualquier simple plebeyo, luchar por vivir y no que todo lo tenga fácil, o a la mano como una vez me dijiste—sus ojos del príncipe expresaban tanto dolor, solo quería que Ahmena pudiera profundizar en ellos y que no lo viera exteriormente— sabes envidio tu vida porque es libre, libre de ataduras estúpidas de formalismo, de apariencias, de formalidades necias y por supuesto que no deberías sentirte nunca avergonzada por lo que eres, Ahmena eres libre.

—si ahora entiendo por qué me trataste tan indiferente esta noche, tan solo es para ocultar las apariencias de tu mundo— se giró y sentó en una silla, el joven Príncipe enseguida se acercó a ella y le dijo;

— Perdona que disimulara enfrente de mi padre, pero él no quiere que me case con una plebeya, que no lleve un vulgar título de nobleza o que no sea una chica de sangre noble, si me atrevía abrir la boca para gritarte cuanto te amo mi padre no lo permitiría y trataría de separarme de ti y créeme que cambiara este Reino por una vida de un simple plebeyo, si tuviera la oportunidad, lo haría sin dudar, créeme Ahmena no quería que los orígenes de nuestras familias, tengan que separarnos.

Ahmena y Dhivano [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora