Ahmena y Dhivano [Terminada]

16.- "La Muerte; ¡Que Asecha¡"

Ya habían pasado 2 años desde la boda. Ahmena tenía 19 y Donatien 21.

Siguieron su viaje en todo este tiempo, ellos llegaron al pueblo de Metz que era una ciudad en el noreste de Francia, capital de la región de Lorena y del departamento de Mosela.

Llegaron al lugar muy emocionados, ya que Ahmena daría sus espectáculos, como ya era de costumbre desde hace 2 años; se esforzaba en cada espectáculo que hacía, puesto que se sentía responsable de las ganancias para su familia, gracias a éstos ya casi no tenían la necesidad de realizar robos, porque incluso François le había enseñado el negocio de los robos de la familia, pero por la suplicas de su madre Ahmena decidió que lo mejor era dar sus espectáculos como bailarina árabe.

Ya establecidos en el lugar, Ahmena estaba muy emocionada, como en todos los poblados que visitaba, ya que era hermoso. Le entusiasmaba la idea de poder pasearlo y poder salir con su hermano Donatien y su tío Poupi, aunque con el segundo era difícil, puesto que la gente le tenía miedo, pero a pesar de todo su tío Poupi nunca dejaba su inocencia y su sonrisa.

Ahmena se preparaba como cualquier otro día para su número de baile, pero era un día diferente, iba a presenciar un espectáculo que jamás iba a olvidar junto a su familia. Ya que, gracias a ella, el clan "Charpentier" era muy solicitado, pero el gran odio hacia los gitanos no había desaparecido. Muchas veces no habían podido montar sus espectáculos, una gran ola de odio contra ellos era inminente y el poblado de Metz no era la excepción.

A pesar de que días atrás recibieron amenazas por parte de Paios (personas que no eran gitanos) que odiaban así cultura, para que se salieran del pueblo, eso no les impidió continuar ya que estaban muy emocionados porque darían cuatro funciones seguidas. Todo estaba listo, la carpa ya estaba levantada. Enseguida Donatien entró a avisar a su hermana:

—¿Ya estás lista?

—Lo estoy, no te preocupes.

—¿Por qué esa cara Ahmena? —pregunto el joven con incertidumbre—

—Por lo que pasó ayer—le respondió con tristeza en su voz—

¿Por el incendio que provocaron los pobladores hacia una de nuestros carromatos? —le pregunto para asegurarse si eras por ello—

—Sí—le confirmo la joven a Donatien—, no les habíamos hecho nada para que nos gritaran ladrones, peste gitana, ¿por qué los pobladores nos odian tanto? sólo queremos ganarnos la vida honradamente, pero ellos nos impulsan hacer eso que tanto nos gritan.

—¡Ignóralos!, ya deberías estar acostumbrada a todo esto, desde pequeños lo hemos vivido, hay gente que nos odiara otra que nos admirara sobre todo a ti que bailas hermosamente Ahmena—le había dicho para confortarla—

—Gracias Donatien, pero la verdad tengo miedo que esa persona sean capaces de hacernos mucho daño, que no sea solo hacia los caballos sino a nuestra familia y comunidad.

—Ya te dije no te preocupes por ello solo míranos a pesar de todo hemos triunfado en este pueblo y hasta tenemos varias funciones para este lugar, a pesar de su odio, nuestro espectáculo les gusta y puede más eso que cualquier otra cosa, así que no te desanimes y lista porque tú sigues, así que enamóralos con tu baile de nuevo, tal vez con eso logremos más aceptación.

—Bueno si tiene razón—le dijo más calmada—, ya estoy lista.

—Está bien Ahmena vamos, mamá Luba está detrás del escenario, ella te ayudará con tus trajes.

Ahmena llegó con su madre y le dijo:

—Mamá, ya estoy aquí, voy a salir al escenario.

—Yo estaré aquí para ayudarte con los trajes, te doy mi bendición como siempre Ahmena.