El día de la boda del Príncipe con aquella noble llego, el joven le había pedido ayuda al padre de Ahmena le comunico absolutamente toda la verdad el algo sorprendido admiro el acto tan noble de amor que hacia el por su hija Ahmena y accedió ayudarlo al igual el joven le pidió, algunos de sus hombres todo esto lo hizo ese mismo día que logro salir de la vigilancia del castillo, les pidió a los hombres del clan Charpentier que lo ayudaran a vender algunas de sus pertenencias de él y así poder comprarse ropa de un simple joven plebeyo y el día de la boda lo esperara un carruaje ya que planeaba escapar del Reino y no llevarse más que lo que tuviera puesto, sabía que no habría vuelta de hoja al negarse a tal matrimonio sabía que su padre nunca se lo perdonaría, pero sabía también que era el momento preciso para escapar y nunca más volver y seria por fin libre para hacer sus propia vida y tomar sus decisiones.
Mientras tanto en el gran Reino, todo estaba muy colorido el Rey muy dentro sabría que tenía que obligar a su hijo y sabía que usaría el recuerdo de su madre para hacerlo dócil, pero lo que el Rey hasta cierto punto no se daba cuenta, que el joven amaba de la misma pasión que él amaba a su difunta esposa, así que el confiaría en doblegar la voluntad de su hijo, si este en dado caso no accediera en casarse con la mujer que él había elegido para él y sobre todas las cosas evitar así que él se casase con la mujer que amaba con todas las fuerzas de su alma retorcida, con toda esa pasión que de alguna vez amo, el Rey entro a la habitación del joven Príncipe y este le dijo:
—espero estés listo para tu boda mañana.
— ¿cómo estar listo con una boda obligada?
—Dhivano quiero que entiendas algo, hago esto porque sé que sería la voluntad de tu madre el verte casado de la forma correcta.
—padre no use a mi madre en esto, sé que ella quería verme casado con alguien a quien realmente amara, no casado con una mujer impuesta contra mi voluntad.
—quieras o no te casaras mañana no habrá escapatoria y lo sabes muy bien hijo, no dejare que salgas en toda la noche ni mañana en la mañana, te quedaras aquí encerrado hasta la hora de la boda.
—no puede encerrarme como a un niño.
—si puedo hacerlo ante todo soy el Rey y como ya te he dicho antes puedo mandar sobre ti, tus decisiones y más sobre todo porque piénsalo tu madre habría querido verte casado con una noble, no con una gitana, recuerda que a los 17 años tomaste esa responsabilidad en tus manos he hiciste un juramento adelante todo tu pueblo.
—solo fue una tonta ceremonia padre que para mí no tiene más significado que el de obedecer como el niño que era, no como el hombre que ya soy ahora
—pues no lo permitiré Dhivano no permitiré que huyas de tu deber así que...
El Rey salió del cuarto y encerró al joven, este al darse cuenta de ello:
—padre habrá la puerta, no soy un niño entiéndalo no me puede tratar como tal.
El joven por más que golpeo la puerta y grito nadie le hizo caso, así que solo opto por ser paciente y esperar...
El día ya había llegado la tarde igual, era una tarde hermosa con un despejado, y hermoso cielo sobre el pueblo de Nantes, La joven noble había llegado bajo del carruaje con su gran vestido de novia, el Rey estaba sentado en el trono esperando la llegada de su hijo ya que la noche anterior le había hablado de su madre y lo que ella deseaba para él, la joven fue llevada del brazo de su padre aquella noble estaba parada esperando al joven Príncipe el Rey había encerrado a su hijo en su habitación y había ordenado a sus sirvientes que no dejaran salir al Príncipe por nada esa noche y vigilaran que el llegara a la boda así sea arrastrándolo al lugar por los guardias, el Príncipe ya se había trepado a la carroza real, no opuso resistencia, así que el Príncipe bajo del carruaje ya había llegado a la iglesia y se acercó a la noble, el Rey estaba contento al verlo entrar tan seguro de sí mismo y sin hacer escándalo alguno, pensó que su hijo había recapacitado, el Rey se quedó sentado observando aquella ceremonia que estaba a punto de dar inicio el joven se acercó hacia la joven y se quedó parando escuchando todo el sermón del cardenal.
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Ahmena y Dhivano [Terminada]
Historical Fiction¿Alguna vez oíste de la Maldición de la Luna Negra? Conoce la historia del amor de Ahmena y Dhivano, dos amantes unidos por el destino y esta maldicion uno viene de la opulencia, el lujo y, sobre todo del rechazo de su padre. La otra viene de la pob...