23.- ¡Es la hora de la diversión!

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Como siempre François se levantó muy temprano en la hora del desayuno aviso a todos lo que el Señor Canciller les había dicho días atrás de las consecuencias que pasarían si no hacían bien su trabajo, Ahmena por una parte se sintió presionada sabía que tendría que dar lo mejor de sí para sacar adelante el espectáculo del clan.

Los días seguían trascurriendo Ahmena, seguía ensayando muy duro para poder pulir lo que ella ya sabía todos trabajaban muy fuertemente.se acerco la semana de las fiestas del pueblo de Nantes así que François considero que ya habían trabajado bastante y decidió que lo mejor para Ahmena era ir a las fiestas del pueblo a divertirse un rato.

Ahmena le pidió a Donatien que la acompañara, aunque este estaba un poco sorprendido por la petición que ella le estaba haciendo ya que él pensaba que Ahmena no deseaba ni estar junto a él. Antes de ir su madre saco de una cajita Plateada un hermoso crucifijo Plateado, para que luciera en las fiestas del pueblo

—aquí tienes hija mía— esta le entrego en las manos de Ahmena una pequeña caja negra—

— ¿y esto madre que es? — dijo muy sorprendida la joven por aquí detalle de su madre—

—háblelo— le ordeno a su hija, está la abrió y observo su contenido—es un hermoso crucifijo que mi hermano Athenois, me dio cuando era pequeña es lo único que tengo de él.

La joven al ver tal hermoso regalo de su madre sentía que o podía aceptarlo así que le dijo;

—madre no lo puedo aceptar es lo que queda de mi tío Athenois, al cual pues no me acuerdo muy bien de el por qué el murió cuando yo era muy pequeña, no puedo quitarte y aceptar algo que es solamente tuyo y te lo dio una persona a la cual amabas tanto—cerro los ojos y les repelió la caja a sus manos—

—hija mía sé que es lo único que me queda de él,—esta se lo devolvió para que lo tomara— pero quien mejor que tú para tenerlo para que sientas su esencia yo al menos lo poseo en recuerdos como su voz lo recuerdo también y tu mi querida hija, no sabes nada de él—le hablaba con palabras tan cariñosas a su hija como era su costumbre— tu no me quitas nada al contrario me regalas el honor de tenerlo junto a ti, este crucifijo me dio mucha felicidad en los momentos que más lo necesitaba, así que ahora te lo doy, para que de igual manera te haga falta cuando más lo necesites y más hoy que saldrás con solo tu hermano a las fiesta del pueblo un lugar donde prácticamente no conoces.

—Sí, gracias madre—Respondió a su madre muy eufórica por esa demostración de amor—

Ahmena le dio un fuerte abrazo y un beso a su madre al igual se sintió muy dichosa por las palabras que mencionaba su madre y sobre todo por el acto que había hecho su madre Lubadine, así que ella se despidió de su madre, dándole gracias y ella y su hermano salieron al último día de la fiesta de "La Folle Juren"(las locuras de un día) en donde la ciudad celebraba durante una semana su cultura, sus espectáculos , su música donde la mayoría de los pobladores podían usar máscaras o antifaces en el pueblo, en la cual por casualidad ellos habían llegado justo en esas fechas, en donde el pueblo la estaba dando una gran celebración, por ellas. Ya en el pueblo en donde había llegado Donatien y Ahmena esta le dijo a su hermano.

—Donatien sí que es un lugar muy grande, sobre todo la plaza principal, es increíble de tantos días de haber llegado y estar aquí no hayamos venido los demás días de fiesta, que bueno que nuestro padre nos dio permiso y gracias por acompañarme—sonrió Ahmena a su hermano, se sentía sumamente feliz por el acontecimiento.

—no hay de que Ahmena pensé que no me quería junto ata por lo del otro día—dijo algo nervioso el joven puesto no quería por ninguna circunstancia el rechazo de Ahmena—Realmente me alegro mucho que me pidas estar este día junto a ti.

Ahmena y Dhivano [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora