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Las clases terminaron, en la salida luego de entablar una conversación con los chicos cada uno nos fuimos a nuestras casas, antes quedé con Harry la hora que iría a mi casa a estudiar. Cuando le conté a Jade comenzó hacer bromas, diciéndome uy si a estudiar, ¿estudiar que? ¿anatomía?; claramente se llevó un golpe de mi parte.
Llegué a casa con el deseo de que mis padres no se encontraran en casa, no sé. Deseé que se les diera por salirse toda la tarde, no quería que cuando llegara Harry estuvieran aquí, eso se escuchó mal, pero mientras no lo conocieran menos me sentiría mal de mentirles.
Pero al parecer todo estaba en mi contra que eligieron el mejor día para estar todo el día en mi casa, primero mi hermano con su día libre, Dalia enferma que no fue a la escuela, mi madre trabaja en casa y mi padre no lo necesitaban en el hospital, aunque eso era bueno ya que no había accidentes, pero ahora mismo no me parecía bien.
Terminé de comer y subí a mi habitación, decidí cambiarme no me gustaba andar en jeans por mi casa era incómodo, me puse una sudadera gigante blanca que ponía una imagen de bob esponja junto a patricio en el centro, debajo puse unos shorts, puse mis calcetas largas nike y mis famosas crocs, mi look de todos los domingos solo que en invierno. En verano en lugar de la sudadera gigante era una camisa de Jay y sin calcetines. Eran las tres y media, Harry llegaría a las cuatro, mientras esperaba comencé hacer las tareas de las demás clases.
El timbre sonó y de inmediato bajé las escaleras, no quería que alguien de mi familia abriera y empezaran las preguntas, muy tarde mi madre ya había abierto, solté un suspiro.
— Mamá es para mí, ve a ver tu novela.— Le dije molesta.
— Hola señora mucho gusto soy Harry.— extendió su mano, mi madre la tomó sonriendo, yo rodeé los ojos.
— ¡El novio de mi hija! — Chilló emocionada y lo abrazó, Harry me miró sorprendido.
— Bien mamá suficiente, suéltalo.— Dije separándolos.— No es para tanto, no es mi novio solo salimos ya les había dicho, nosotros tenemos que estudiar así que adiós.
Tomé la mano de Harry antes de que mi madre volviera a decir algo, lo arrastré hasta mi habitación y cerré la puerta.
— ¡Rachel la puerta abierta!— Gritó mi madre desde la planta baja.— ¡No me hagas subir y hacer lo de la vez pasada!
Me sonrojé y caminé a abrir la puerta, las madres tienen un don de dejarnos en vergüenza frente a los chicos que nos gustan, Harry solo soltó una risita.
— No preguntes.— digo cuando veo que está dispuesto a preguntar, él asintió riéndose.
Recorrió mi habitación con su mirada.— Bonita, me gustan los cuadros, es italia ¿no?
Señaló las pinturas que tenía colgadas en las paredes de mi habitación. Asentí.
— Si, Italia es un lugar que me encantaría recorrer a fondo, es un lindo lugar, se ve como si fuera una chica básica que quiero ir a italia y eso, pero la verdad es que si desde la primera vez que supe de su existencia me enamoré.— Le expliqué viendo los cuadros mientras sonreía, lo miré y el me observaba fijamente.
