Rachel.Lunes, el día mas horrible de la semana nadie quiere a los lunes aunque bueno al menos a el no lo cambian porque les gusta otro. Chiste malo, lo sé, como todos los que hacía Harry. Okay, ¡basta!, me levanté de mi cama un poco más temprano de lo normal tenía que decirle a Jay que me iría con él ya que los días anteriores pasaba Harry por mi. Baje las escaleras, caminé a la cocina y ahi estaba mi madre solo hablando con Dalia mientras desayunaban.
— ¿y papá?— Pregunté al ver que no estaba.
— Tuvo que salir temprano, hubo un accidente y le llamaron.— Respondió mamá para después morder su tostada.
Asentí.— ¿Jay no ha bajado?
— No, ¿te iras con él?
— Si.— Me di media vuelta para irme antes de que preguntara.
— ¿Y Harry?
Caracoles. Reí internamente al pensar en esa palabra.
— No puede. Bien me voy a vestir si no Jay me deja.— dije rápidamente y salí corriendo a mi habitación dejándola con la palabra en la boca.
Entré a mi habitación y fui directo a darme una ducha, era lo que siempre lograba despertarme tan sólo un poco; cuando salí del baño caminé a mi closet para elegir algo que ponerme como mi humor estaba por los suelos decidí ponerme unos pants grises holgados y ajustados de la parte de la pantorrilla, un sueter negro que caia por un hombro dejandolo descubierto, todo en conjunto con unos tenis.
Cepille mi cabello, lo dejaría suelto para que se secara naturalmente. Escuché que tocaron la puerta.
— Pasen.
— ¿Estás lista?— Asentí.
— Si, solo me cepillo los dientes.— susurro sin ganas.
— Bien te espero abajo.— Volví asentir. Puse una loción suave en mi cuello, corrí al baño y cepillé mis dientes, luego de hacerlo regresé al tocador donde encrespé mis pestañas y puse un poco de rímel para que mis ojos se vieran un poco más despiertos, hidrate mis labios y finalmente tomé mi bolso con mi celular, llaves y dinero.
(...)
Llegamos al instituto luego de un camino silencioso, Jay me preguntó lo mismo que mi madre acerca de porqué esta vez Harry no pasó por mi, a lo que respondí solo con un "no quiero hablar de eso, por favor", gracias a Dios no insistió. Dirigí mi mirada al enfrente y ahí estaba, iba llegando ¿en moto? ¿desde cuando usa una?, me quede inmóvil en mi lugar no quería salir y topármelo. Al parecer Jay se dio cuanta que me dijo:
— Sea lo que sea que hay sucedido, lo arreglarán.— puso una mano en mi hombro.
— Jay.— Hablé en tono de "advertencia".
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Adore you | h.s
Fiksi PenggemarMis ojos te adoran, pero es mi alma la que se enamoró de ti