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— Rachel Jones.— Escuché mi nombre, levanté la vista del suelo, miré de nuevo a la puerta, esperando que Harry entrara.
Solté un suspiro, tal vez algo se le había cruzado en la oficina, ambos habíamos quedado en salirnos temprano debido a que habíamos puesto la cita hoy Lunes a las 4:30 pm, tenía esperándolo 10 minutos, lo llamé de nuevo pero colgué cuando salió la contestadora.
Me puse de pie y caminé al consultorio que me habían indicado.
— ¿Viene sola?— Preguntó la chica apuntando algo en una hoja.
— Eh...
— ¡Llegué!, lo siento se ha tardado un poco mas de lo esperado la junta.— Dice rápidamente mientras toma mi cintura.
— Adelante, el doctor los está esperando.
— Gracias.— Sonreí, Harry abrió la puerta y me dejó pasar primero.
— ¡Tu debes ser Rachel!— saludó el doctor en cuanto nos vió atravesar la puerta.
— Hola... si soy yo y él es Harry, mi novio.
— Pasen, pasen.— Se levantó de su asiento.— Veamos.
Tomó unos papeles para comenzar a leerlos.
— ¿Tienes dos meses y medio?, se me hace muy pronto para que tu barriga esté así.— frunció el ceño observándome. Harry tomó mi mano.
— Eso dijo el doctor que vi hace dos días, en los exámenes decía eso.— Él asintió, dejando los papeles a un lado.
— ¿Quieren verlo?— Nos miró con una sonrisa, miré a Harry encontrándome con su mirada, él asintió.— Pasa a la camilla.
— Bien, sentirás algo frío, ¿está bien?
— Si.
Encendió una televisión que estaba colgada en la pared, luego de poner el líquido comenzó a pasar algo por mi abdomen.
— Vaya... ahora entiendo todo.— Susurró moviendo su mano.
— ¿Puedes ver algo?— Susurró Harry en mi oído, yo solté una pequeña risa al igual que el doctor.
— Sus bebés están bien.
— ¿Bebés?— Pregunté frunciendo el ceño.
— Querrá decir bebé, uno.— Harry levantó su dedo índice.
