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Nuevamente Lunes por la mañana, pero mi felicidad opaca cualquier mal humor que quisiera provocarme la universidad. Harry y yo nos habíamos quedado hablando por llamada la noche anterior y yo no podía dejar de sonreír, parecía una chica de 15 años después de que su amor platónico le hablara.
Pero no me importaba, incluso me levanté a la hora no-habitual, es decir, que faltan 30 minutos para entrar y yo ya había salido de la ducha. Tomé de mi closet unos denim jeans, una top de manga larga de rallas y que dejaba ver como 5 cm de mi abdomen, arriba puse un cardigan blanco todo acompañado con unas zapatillas nike blancas.
Bajé las escaleras luego de haberme lavado los dientes y agarrar mis cosas. Una vez que entro en la cocina me encuentro con mi familia esperando por el desayuno. Al verme sonríen con gracia y me quedo a la espera de sus comentarios.
— Vaya alguien se cayó de la cama.— bromeó mi papá bajando su periódico.
— Ese comentario no me molestará.— me acerqué a él y deposité un sonoro beso en su mejilla.
— Hola cariño.
— ¿Por qué tan feliz?— preguntó mi madre dejando unas tostadas enfrente de mi.
Me encogí de hombros, sonriendo, mientras sacaba una cuchara de la mermelada de fresa para untarlo en mi tostada.
— ¿Tiene que ver con ese chico?— Hizo unas señas mi padre.
— No.— Mi celular vibró en la bolsa delantera de mis jeans.
Lo saqué y ví que tenía un mensaje de Harry.
— ¡Rachel sin celular en la mesa!— Regañó mi madre.
— ya voy, ya voy.— Dije rápidamente, abrí el mensaje:
"¡Hey! En 5 llego por ti. ;). Harry"
¿Por qué pone su nombre al final si ya sabe que lo tengo registrado?
— ¡Rachel!— Volvió a regañar mi madre, dejé mi celular al lado y comí mis tostadas rápidamente.— ¿Por qué tanta prisa?
— Harry va pasar por mi.— Respondí levantándome de mi asiento, recogí el plato y el vaso.
— Al fin, no tengo que llevarte mas.— Habló Jay levantando su brazos.
— Tonto.— Le aventé un pedazo de pan que había en la mesa y antes de que me llamaran la atención, corrí al baño a lavarme los dientes de nuevo.
