CAPITULO 28

2.8K 137 63
                                    


Rachel

Nuevamente estaba pisando tierras estadounidenses, habían pasado las tres semanas, aunque había decidido venir dos días antes de lo acordado, quería sorprender a Noah, lo extrañaba y esperaba pasar mas tiempo junto a él, subí al taxi y le di la di...

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Nuevamente estaba pisando tierras estadounidenses, habían pasado las tres semanas, aunque había decidido venir dos días antes de lo acordado, quería sorprender a Noah, lo extrañaba y esperaba pasar mas tiempo junto a él, subí al taxi y le di la dirección de casa, ante iría a ver a mi familia.

— ¡Hija!, pensamos que llegarías pasado mañana.— dijo mi madre en cuanto abrió la puerta.— Pasa pasa.

— Lo sé mamá pero vine porque quería pasar tiempo con ustedes y Noah, los extraño.— los abracé.

— Ay cariño, tu padre ahora está trabajando, pero ahora voy por Dalia ya es su hora de salida, ¿me acompañas? ó ¿iras con Noah ahora?

— Te acompaño, por la noche voy a visitar a Noah.— Sonreí, ella asintió.

Salimos de casa y nos dirigimos a su escuela, estaba cerca de casa a mas o menos 10 minutos, llegamos a las 4:30 a la escuela.

— Yo me bajo.— Le dije a mamá, abrí la puerta y caminé a la entrada por donde estaban saliendo muchos niños de 5 a 12 años, hasta que vi una niña corriendo con un vestido celeste y dos coletas.

— ¡Rachel!— Abrió sus brazos y se colgó a los míos.

— Hola linda.— La bajé para empezar a caminar al auto.— ¿Me extrañaste?

— Si, mucho.— hizo un puchero.— viniste antes.— sonrió.

— Es que te extrañaba.— puse cara de perrito.

— ¿Te gustó tu sorpresa amor?— preguntó mi madre a Dalia en cuanto subimos al auto.

— Si, un montón.— Abrió sus brazos sonriendo.

— me alegró cariño.— dijo poniendo en marcha el auto.

Llegamos a casa, el camino fue muy divertido ya que Dalia nos contaba lo que hizo en la escuela, como le había ido, Jay iba llegando justo cuando estacionamos.

— ¿Ya me estoy volviendo loco?— Preguntó mirándome, reímos.

— No es para tanto solo fueron tres semanas.— Rodeé los ojos.

— Ven acá cara de moco.—abrió sus brazos.

— ¡Ese eres tú!—me quejé abrazándolo.— ya te veo como todo un doctor.— Le dije cuando nos separamos viendo su atuendo.

— Lo sé, las chicas ya lo hacen.— Hizo bailar sus cejas.

— ¡Información innecesaria!— Canturreé.

— Vamos adentro.— Me tomó de los hombros.

Horas después papá llegó, se alegró al verme, luego me llamó Jer preguntando que tal había llegado y cosas así, decidí darme un baño lo más seguro es que con Noah salgamos a cenar así que al salir me puse una falda circular color rosada de un tono claro, un top con cuello en V de tirantes color negro, lo metí por dentro. Marque mis ondas un poco más y me maquillé natural, puse mis tacones del mismo color de la falda, no eran muy altos, así no habría problema.

— Wow, te ves muy linda amor.— se acercó mi padre.

— Gracias papá, ese era el punto, Noah se va a morir cuando sepa que estoy aquí.— Sonreí muy feliz.

— Lleva el auto cariño y recuerda no muy tarde.— me advirtió.— Yo ahora iré a darme un baño, estoy rendido.

— Está bien papá pero le pediré a Jay que me lleve para que salgamos en el auto de Noah, que descanses, te amo.— Besé su mejilla, él me sonrió y subió.

— Vamos, si te llevo.— Dijo Jay detrás de mí, sonreí.

— Adiós mamá.— le di un beso en la mejilla.

— Adios cariño, cuídate.

Jay puso en marcha el auto a casa de Noah la cual no estaba lejos, estaba a 15 minutos, sentía una sensación extraña dentro de mí, me sentía rara, tal vez y son por los nervios pero son normales.
Al entrar a la calle de la casa de Noah, vimos que su auto se estaba estacionando, sonreí, le dije a Jay que fuera despacio antes de que se diera cuenta. Bajó del auto tan guapo como siempre, caminó al lado del copiloto y abrió la puerta, fruncí el ceño, ¿Qué está pasando?.

Una chica con vestido demasiado corto para mi gusto bajó del auto, él la tomó de la cintura y comenzaron a caminar, antes de entrar ¿¡SE BESARON!?, ¿Pero qué mierda?, se separaron y entraron.

— Yo lo mato.— Dijo Jay con la intención de abrir la puerta.

— No si yo lo hago primero.— dije entre dientes. Bajé del auto y caminé a su puerta donde di varios toques.

— ¡Ya voy!— Gritó la voz de Noah al otro lado. La puerta se abrió, el rostro de Noah si que estaba sorprendido.— ¿R-rachel? ¿Qué haces aquí?

— Vine antes para pasar tiempo juntos.— Sonreí cínicamente.

— Yo... si, claro, me cambio y vamos.

— Amorcito, ¿Quién era?— Se escuchó una voz chillona, levanté una ceja.

— Rachel... esto tiene una explicación, lo juro.— Se acercó a tomar mis manos, algo que obviamente evité.

— No me toques, quien sabe donde estuvieron esas manos antes.— hice una mueca de asco.— y no tienes nada que explicar, yo veo aquí todo muy claro, no hay porque dar explicaciones, me estás engañando, ¿Qué quieres explicar?

— Lo siento Rachel me sentía solo y te extrañaba, por favor perdóname yo te amo.— Solté una carcajada falsa.

— ¿desde cuando?

— ¿Desde cuando que?

— ¡Desde cuando me engañas!— grité enojada.

Noah bajó la mirada.— Rachel yo te quiero...

— ¡Dime desde cuando me estas engañando!

— El día que salí al club, el día después de tu cumpleaños.— dijo aún con su mirada baja.

Suspiré.— Eres increíble, no me hables ni me busques nunca más.— Le grité, quité el brazalete y una cadena con un dije que me había dado y se los aventé a los pies.

— No, por favor fui un completo idiota, yo te amo Rachel, no podemos terminar.— se acercó a mí.

— Jamás te perdonaré que me vieras la cara por tres semanas, Noah tres semanas, sabía que esto no funcionaría.— Lo miré, sus ojos comenzaban a cristalizarse pero no, no caería, giré mi vista y caminé al auto.

— ¡Rachel!— gritó Noah, Jay bajó del auto y se acercó a él.

— Nadie le hace eso a mi hermana idiota.— Lo empujo.— ¿Quién te crees?, sabes que no me importa cuanto deporte practiques si yo quiero ahora mismo te puedo dejar inconsciente.

— Jay amigo escucha...

— ¡Yo no soy tu amigo!— Jay cerró el puño.

— Amor, ¿porqué tardas tanto?— Llegó una chica a la puerta, yo la conocía estaba en nuestra clase de economía pero no recordaba su nombre.— ¿Qué hace tu ex aquí?

— ¿ex? ¿¡EX!?— me dirigí a Noah, él pasó sus manos por su rostro.

— Métete Alicia...— No le dio mas tiempo de hablar porque Jay ya le había soltado un puñetazo en el rostro.

— ¡Jacob!

— Eso fue por mentirle a mi hermana, esto.— golpeó de nuevo.— es por ser un idiota.— golpe.— Por engañarla.— golpe.— y esto porque quiero.— Lo empujó al piso.

— Vamonos.— le dije a Jay.

No quería estar más ahí, ya no quería verle la cara al idiota de Noah, no lo creía capaz de hacer eso.

...

Adore you | h.sDonde viven las historias. Descúbrelo ahora