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Luego de que llegara la pizza Jade se auto invitó sola a dormir, la verdad es que no me molestaba, era mejor tener compañía algunas veces me daba miedo dormir sola. Mi celular comenzó a sonar y en la pantalla apareció el nombre de Noah junto a una foto de nosotros.
— Lo guapo y sexy no le quita que sea tóxico.— menciona Jade, rodeé los ojos mientras lo tomaba para contestar.
— Es mi novio tiene que llamarme no lo había hecho.— Respondí, llevé el celular a mi oreja.
— Hola amor.— Saludó con su voz ronca.
— Hola cariño.— Me levanté del sofa para caminar a la cocina y dejar ver a gusto la película a Jade.
— ¿Cómo estas, que hiciste hoy?
— Bien, terminé de desempacar luego vino Jade y ahora está conmigo viendo películas.
— Oh, ¿las interrumpo?
— No amor, ¿qué pasa, cómo te fue ayer?
— Bien, fue divertido aunque sabes que prefiero mil veces estar contigo, como siempre en todas las fiestas.
— ¿Alguna chica se te acercó?— Bromeé/ pregunté porque cuando salíamos a fiestas no había lugar en que chicas se pusieran a coquetear era realmente molesto y eso que estaba yo ahí, no me imagino si no lo estoy.
— Si, pero sabes que yo no tengo ojos para nadie mas que para ti.— contestó algo ¿nervioso?
— Aww... eres tan lindo, si te extraño.
— Y yo a ti hermosa pero bueno ya me dormiré que aquí ya es tarde, te dejaré ver tu película, te quiero hablamos mañana.
— Vale, te quiero, que descanses.— Troné un beso al igual que él y colgué.
(...)
Realmente no estaba pasando nada interesante ahora mismo, los chicos me han estado visitando constantemente, aunque también yo a ellos, todo ha sido normal incluso con Noah quien dejó de lado sus celos, eso me alegraba ya que así podría funcionar lo de nosotros, en verdad lo quería mucho, siempre ha sido un chico asombroso conmigo, lo supe el día que me pidió ser su novia.
— ¿Lista?— Preguntó Noah en la puerta de mi casa, habíamos estado saliendo desde hace un mes, se había convertido en un gran amigo, aunque no puedo negar que comenzaba a sentir cosas por él, desde que llegué hace 6 meses él era el único que podía comprenderme, me escuchaba cuando necesitaba a alguien y era realmente lindo conmigo.
— Si, vamos.— Sonreí. Hoy me había pedido ir a dar un paseo yo acepté obviamente.— ¿A dónde me llevas?— Le pregunté ya adentro del auto.
