CAPITULO 31

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Rachel.

— Por favor Rachel, ninguno de los chicos quiere acompañarme, ni siquiera Harry que es el más fiestero

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— Por favor Rachel, ninguno de los chicos quiere acompañarme, ni siquiera Harry que es el más fiestero.

— ¿Y porqué no quieren acompañarte?— le pregunto, Zayn insistía en que lo acompañara a una fiesta, realmente no me apetecía.

— Porque piensan que habrán problemas, no se fían de esa fraternidad.

— ¿y porqué tanta insistencia?

— Porque quiero ir, por favor.— Alargó la o hasta quedar sin aire.— vamos, vamos, vamos...

— Bien te acompañaré.— Le dije a través del teléfono.

—Sabía que aceptarías paso por ti en una hora.— Colgó.

¿¡Una hora?!, ¿Qué se piensa?

Me levanté de mi cama arrastrando los pies, todas mis cosas ya estaban en cajas, al igual que mi ropa en maletas, mañana comenzaría mi mudanza otra razón por la cual no quería salir; mañana sería un día largo y cansado lo último que quería era desvelarme. Tomé un vestido negro ajustado al cuerpo, era el típico vestido que toda chica tiene en su closet, era de manga larga con los hombros descubiertos, me gustaba porque resaltaba mis curvas. Marqué un poco mas mis ondas del cabello y me maquillé un poco, al terminar puse unas botas largas que llegaban hasta mis rodillas y bajé luego de recibir el mensaje de Zayn que ya estaba afuera.

— Pero que guapa vas.— silbó en cuanto crucé la puerta de mi casa.

— Tu también te ves bien.— alagué observando su atuendo, unos jeans negros, camisa negra y chaqueta de cuero negra la cual estaba enrollada de los brazos dejando ver los tatuajes de su antebrazo.

Entramos al auto y condujo hacía la casa de Jace el chico que ofrecería la fiesta, no estaba lejos ya que su casa estaba cerca de la universidad.

— Bien llegamos.— Me miró.— No aceptes tragos de nadie, no te alejes de mi lado y no te vayas con desconocidos.

— Anda, vamos.— Abrí la puerta del auto, Zayn imitó mi acción y también bajó.

Entramos a la casa y de inmediato se podía sentir el descontrol, estos chicos daban las mejores fiestas pero también las más descontroladas y en las que nunca faltaba la policía.

— Zayn amigo.— Llega un chico rubio y lo saluda, me mira y abre los ojos a tope para después recorrer su mirada por todo mi cuerpo lo que me resulta incómodo por cierto.— ¿Y quién es tu acompañante?, preséntamela.

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