CAPITULO 43

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Rachel.

Había pasado 1 mes desde que tomé la decisión de intentarlo de nuevo con Harry y hasta hoy no me había arrepentido

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Había pasado 1 mes desde que tomé la decisión de intentarlo de nuevo con Harry y hasta hoy no me había arrepentido. Todo estaba bien con los chicos excepto Jeremy con quien aún no hablaba, él se había alejado junto a Ariana y Liliana. Jade, Liam y yo lo resentimos mucho por él ya que era nuestro mejor amigo, siempre éramos los 4 e incluso él y yo éramos inseparables. Este mes ha sido demasiado duro, la universidad me ha traído demasiado ajetreada. Mi cuerpo pide a gritos un descanso.

— Hola linda.— Escuché que dijeron detrás de mí luego sentí como me abrazaron por atrás y besaron mi mejilla.

— Hola Harry.— Le dije al voltear.

Él caminó y se sentó enfrente de mí, en el Starbucks que estaba cerca de la universidad. Aquí habíamos quedado de desayunar.

— ¿Qué es esto?— Le pregunté a Harry cuando dejó una bolsa de papel junto a una nota.

— Oh, estaba en mi lugar, fue muy extraño nadie me dijo quien lo había puesto ahí.— Dijo restándole importancia.

Fruncí el ceño y tomé la nota.

"Nada puede ser más dulce que tú, pero te dejo estos pastelitos para que los disfrutes

- Admiradora secreta."

Terminé de leer la nota, él me miró sorprendido, yo solté una risita.

— Harry es muy tierno alguien está enamorada de ti y te dejo un pastel, yo quiero.— Tomé la bolsa.— Espera... ¡Alguien te deja notas en tu lugar porque esta enamorada de ti y no fui yo!

Lo mire con mi boca en forma de "o", luego me crucé de brazos.

— Rachel.— Alargó.— No sé quien es, aparte sabes que solo me gustas tú.— Estiró su mano por encima de la mesa para tomar la mia.

— Bien, Bien... ¿Me das uno?— pregunté al sacar la caja de los 4 pastelitos.

— Claro hermosa, por cierto tengo una sorpresa para ti.— sonrió de oreja a oreja.

— ¿De qué se trata?, es injusto que siempre tengas sorpresas y yo no.— hice un puchero.

— Esta te encantará, ¿te veo en tu departamento?, ahora tengo clase.— Asentí.— Te veo en unas horas.

Se levantó de su asiento y se acercó a depositar un beso en mi frente.

— Cuídate.— tomé su mano.

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