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De nuevo el radar siendo reproducido por mi celular provocó que abriera mis ojos, Lunes y otra vez más levantarse temprano y seguir la rutina de todos mis días. Esta vez antes de ir a la universidad pasé por un starbucks, realmente necesitaba café, ayer por la noche me quedé hasta tarde estudiando para mi examen de economía de hoy.
Llegué a la universidad y corriendo me dirigí al aula, el examen era a la primera hora no quería llegar tarde, también quería repasar un poco.
— Te ves cansada cariño.— Harry se sentó a mi lado mientras me abrazaba por los hombros.
— Lo estoy ayer me quedé estudiando.— me recargué en su pecho mientras cerraba los ojos, era tan cómodo aspire el delicioso olor de su perfume que tanto me volvía loca.
— Vaya yo no lo hice.— murmuró para si mismo pero lo había escuchado.
— Bueno igual eres muy inteligente literalmente creo que la primera palabra que tu padre te hizo decir cuando bebé fue negocios.— Bromeé.— En cambio yo creo que fue algo referente a la medicina.
— Tienes razón, aparte me gusta esta materia.
Asentí y permanecí en silencio con mi cabeza en su pecho mientras el acariciaba mi cabello, sentía que en cualquier momento me quedaría dormida.
— Mamá quiere que vayamos a cenar esta noche.— alcancé a oír, me tomó por sorpresa por lo que me enderecé en mi lugar para mirarlo.
— ¿H-hablas en serio?— Asintió feliz.— Bueno eso estaría bien creo.
— Ya la conoces, bueno te conoce como mi amiga, cuando le he dicho que somos novios se emocionó mucho.
El profesor entró interrumpiendo nuestra conversación, me separé de Harry enderezándome en mi lugar, el profesor dejó de lado los rodeos y simplemente nos dio el examen, Harry susurró un suerte y me dio una sus lindas sonrisas que tanto me gustaban.
El examen fue más fácil de lo que pensaba, definitivamente las horas que estudio de la noche anterior estaban dando resultado.
Sentí un escalofrío por toda mi espina dorsal al bajar del auto de Harry, mis manos sudaban y no entendía el porque de mis nervios, ya había estado antes aquí, conocía a sus padres. Aunque bueno esta vez es diferente por el simple hecho de que venimos solo nosotros dos y no acompañados de los chicos.
— Vamos cariño.— Tomó mi mano entrelazándola junto a la suya.— Mamá es un poco impaciente que de seguro y ya nos está esperando.
