CAPITULO 75. FINAL

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La vida es corta. En un momento estás feliz, viviéndola, disfrutando, riendo, pasándola bien con las personas que te aman y amas, y al otro estás luchando por tu vida. Las cosas pasan cuando tienen que pasar, todos tenemos una historia escrita y cada día estamos viviéndola, disfrutándola y compartiéndola, todos tenemos un motivo por el cual estamos aquí, un propósito y cuando se cumpla es nuestra hora de partir. Alguien debería decirnos, justo en el inicio de nuestras vidas, que nos estamos muriendo. Entonces podríamos vivir y disfrutar al límite, cada minuto de cada día.

— ¡Carguen a 260!— Gritó Wilson, intentando reanimar a Rachel y encontrar latidos. Desesperación era lo que corría por todo su cuerpo, no podía perder a la hija de su mejor amigo en sus manos, él no quería ser el responsable de la muerte de la hija de Henry. No sería capaz de mirarlo de nuevo.— ¡Mierda!, Vamos Rachel, vamos linda... responde.

Dejó las paletas de lado, para posteriormente empezar con las compresiones. Los enfermeros y todo su personal trataban de ayudarlo, pero sus pensamientos era que ya todo estaba perdido.

— ¡Carguen a 300!— Gritó mientras su voz salía entrecortada. El cuerpo de Rachel se elevó, pero no había nada.

En ese momento entró Carrie a la habitación, corrió a la mesa del quirófano, no podía ver a la hija de uno de sus mejores amigos así. Miró a Wilson.

— Henry ha llegado, él insiste en entrar.

— No, no puedo tenerlo aquí.— Responde sin dejar de hacer compresiones.— ¡No puedo perder a su hija con él aqui!

— Wilson, ¿cuánto tiempo lleva?— Wilson no respondió.— ¡Christian!

— ¡7 minutos!, ¡No puedo perderla Carrie!, es hija de Henry.— Insistió con su voz entrecortada, tomó de nuevo las paletas.— ¡Vamos cariño!

Carrie se acercó y mientras cargaban las paletas, él siguió haciendo las compresiones.

— Necesito entrar, necesito dar electrochoques a su corazón directamente.— Carrie miró a su amigo, definitivamente eso era arriesgarse.

— No creo que...

— ¡Yo estoy a cargo!, bisturí.— Estiró su mano para que su asistente se lo diera.

— ¡No!, Christian no podemos, de cualquier manera su cerebro puede sufrir consecuencias.

— Cállate, he dicho bisturí.

— Bien, pero a mi no me hagas responsable si le pasa algo.— Salió del quirófano, tenía que revisar a los gemelos.

Llegó a la sala de espera, todos lo miraron, sintió tanta lastima por Harry, sabía que él tenía esperanza en esto, pero realmente él comenzaba a perderla.

— ¿Qué pasó?— Henry se acercó de inmediato.

— Henry yo... tienes que estar preparado, ella lleva 7 minutos sin responder, Wilson no quiere dejarla, está decidido a abrir su pecho para darle choques directamente al corazón.

— No, no, no, ¡no!— Abrazó a su amigo. Carrie correspondió a su abrazo, sabía cuanto el amaba a su hija.— Su cerebro... puede sufrir consecuencias.— Balbuceó para ellos mismos.

— Le he dicho.

— Tengo que entrar ahí, tengo que salvar la vida de mi hija.— Insistió, Carrie negó.

— No puedes, es tu hija eres un familiar directo no puedes estar ahí, lo sabes.

— ¿Cómo están mis nietos?

— Ellos están bien, respiran por su cuenta, en unos días ellos podrán salir de aquí, están en las incubadoras, Harry puede ir a verlos.

— Le diré, Claire está con ellos.— Asintió.— Por favor avísame de cualquier cosa.

Adore you | h.sDonde viven las historias. Descúbrelo ahora