Antes de él | HEROPHINE |

d i e c i o c h o

A la tarde me encuentro un poco mejor en comparación a como estaba en la mañana. Me costó un poco bañarme, hubo incluso un momento en que lo vi todo negro y me tocó sentarme en la ducha para recuperar el aliento. Después, Mercy me ayudó a caminar hasta mi habitación y me dio la privacidad para vestirme con un leggins negro que me llega hasta las rodillas y una camisa de tiras blanca. No me molesté en peinarme.    

Me encuentro en la sala, en frente del televisor viendo Criminal Minds, mientras tomo una sopa de pollo caliente que Mercy me preparó. Ella está sentada a mi lado, perdida en sus pensamientos.

Mi celular suena y descubro que Meg, Thomas y Jordan están hablando por el grupo que tenemos.

Meg: Estoy con Kyle y Marie. Los dos están hablando y yo interrumpo algunas veces, pero me aburro mucho.

Jordan: Pues vete de ahí. No encuentro sentido de quedarte ahí, soportando una conversación entre ellos dos si no te interesa en lo absoluto.

Meg: Pero quiero hablar con Kyle de otra cosa que no sean Las Torres Gemelas.

Thomas: A mí me gusta hablar mucho de esos temas, hay tantas teorías que no sabes por donde empezar.

Meg: Jo, veo que estás viendo los mensajes. Por favor dame un consejo que estos dos chicos se empeñaron en hacerme la vida imposible.

Jo: Me gustaría ayudarte, Meg, pero mis neuronas no funcionan en este momento.

Thomas: ¿Qué pasa?

Jo: Tengo gripe y fiebre.

Jordan: Ya te estabas demorando. Estaba pensando en dos opciones: o te enfermabas en los próximos días, o eres inmortal. ¿Cómo te encuentras?

Jo: Normalmente, soy positiva cuando me enfermo. Excepto esta vez. Siento que voy a morir en cualquier momento.

Meg: ¡No te puedes morir aún! Tú vas a ser mi madrina en mi boda con Kyle.

Thomas: Sorprendente que haya gente que siga creyendo en el matrimonio en estos tiempos.

Jordan: Déjala soñar.

Meg: Les odio mucho.

Thomas: Odiar a Jo en sus últimos días no es muy amistoso de tu parte.

Meg: Mientras duermas, te raparé.

Thomas: NO TE ATREVERÍAS.

Estornudo y casi se me sale el hígado en el proceso.

—Vaya, pobrecita tú. Te abrazaría pero no quiero contagiarme. —Mercy estira sus pies y los pone encima de mis piernas envueltas con una cobija café.

Pongo el plato ahora vacío en la mesita de madera de al frente. Parpadeo repetidas veces para orientarme.

—El contacto de tus pies lo compensa. —digo mientras vuelvo a mirar el celular.

Jo: Lo siento por desconectarme un segundo, casi escupo un pulmón.

Jordan: ¿Enserio estás tan mal?

Jo: Me cuesta ver, caminar y pensar. Imagínate.

Thomas: ¿Sabes quiénes somos nosotros? ¿Nos reconoces?