o c h e n t a y s e i s

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La noche fue una locura.

La primera media hora nos la pasamos hablando de lo diferentes que son las dos ciudades. Emma les mostró fotos de Perth, Ashley les contó que lo más difícil era acostumbrarse al frío de Londres y Charlie dijo que no sabía cómo vivían los británicos sin ir a la playa por lo menos 1 vez cada tres meses. Vivir entre frío y lluvia no es muy recomendable, especialmente si sufres de gripe constante. El calor de la playa es básicamente una caricia al alma.

Hablamos de cómo nos iba a cada uno en la universidad, cuáles eran las complicaciones recientes. Empezamos por terreno básico para que ellos se fueran conociendo mejor y poder romper el hielo.

Y vaya que lo hicieron.

Nada más llegó la comida que pedimos, entre bocados empezamos a bromear. Ashley molestaba a Jordan y a Thomas cuando le contaron que en el carro del último todavía está el pene de hule morado que adquirieron en la última fiesta a la que fuimos juntos.

—¿Y por qué no lo has simplemente botado? —le pregunto Ashley, alzando la voz para que pudiera escucharla sobre el bullicio de la terraza.

—Buena pregunta. —Jordan volteó a mirar a su amigo.

Thomas abrió la boca, pero luego la volvió a cerrar y frunció ligeramente el ceño.

—La verdad, no tengo ni puta idea.

Charlie parecía querer llorar de la felicidad cuando le preguntó a los chicos si conocían a los Chelsea FC, un equipo de fútbol de Inglaterra, a lo que Hero, Jordan y Thomas respondieron con un ''sí'' animado y empezaron a hablar como si no hubiera un mañana.

Nosotras terminamos de comer mientras los escuchábamos hablar... no, mejor dicho, alabar a los jugadores, analizar juegos pasados, insultar a ciertos árbitros de otros partidos que hicieron muy mal su trabajo. Hero y Jordan estaban haciendo una seria hipótesis sobre quién sería el próximo equipo con el que iban a jugar. Charlie tenía una expresión de alegría radiante.

—¡Ser el único hombre en un grupo de 3 chicas es difícil! —exclamó indignado— No conocen nada sobre los Chelsea. No podía compartir mi pasión con alguien más.

—Charlie, —le respondí con fastidio— es un equipo de fútbol. Parecías hablando sobre la mujer que te dio la vida.

Simplemente se encogió de hombros.

—Es un estilo de vida.

Con eso se ganó una risa sarcástica de Emma.

En todo el proceso, Hero sólo soltó mi mano cuando estábamos comiendo. Demás, se la paso haciendo círculos en mi muslo o acariciando mi pulgar. Podría creer que se me pasó desapercibido, pero por dentro lo único que quería hacer era comerlo a besos.

Como los chicos estaban muy ocupados hablando sobre partidos de la próxima temporada, Mercy, Meg, Marie, Ashley, Emma y yo nos pusimos a hablar de justamente eso, chicos.

Meg fingió una mueca de asco.

—Honestamente, me alegra haber salido ya del clóset porque ya puedo mandar a cualquiera que se intente pasar de listo a la mismísima mierda.

Marie se rió y negó con la cabeza.

—¿Sabían que le gustaba el chico que gustaba de mí?

—¿Pasaron de ser enemigas a enamorarse? —saltó a decir Emma con la emoción incrustada en su cara.

Emma es probablemente la ''lectora del grupo''. Así como Ashley lee libros sobre la criminalidad, Emma lee fantasía y romance. Por lo que estos temas le apasionan tanto como a Charlie le gusta el fútbol. A final de cuentas, no lo podemos juzgar mucho.

Antes de él | HEROPHINE |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora