s e t e n t a y o c h o

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Despedirme de mis padres fue algo que me destrozó el alma. Solo una vez he experimentado ese tipo de dolor, y fue unos meses antes, cuando me dirigía a Londres.

La noche en que hablamos en mi habitación, llegamos al acuerdo de que yo tendría que ir de nuevo a Inglaterra a arreglar o cerrar ciclos, dependiendo de cómo vaya a terminar lo de Hero. No podía huir de los problemas, los tenía que afrontar. Me dijeron que me apoyarían en cualquier decisión y que si me iba, esa semana que pasé en Australia fue la más feliz que habían tenido en un tiempo.

Por lo que, en el aeropuerto, no me importó tener 22 años y ser toda una mujer; lloré en los brazos de mis padres, pensando en la posibilidad de quedarme un poco más solo por ellos. Dudo mucho que incluso a los 30 años los deje de necesitar. Siempre serán lo que más amaré hasta el final de los tiempos.

Les conté a mis amigos lo que había decidido, creyendo que lo que quedaba de mí se iba a desgarrar porque también me iba a despedir de ellos.

Sin embargo, Charlie vino con la maravillosa e ingeniosa idea de:

—Nosotros estamos en vacaciones hasta la próxima semana, así que creo que podemos pasar nuestros días libres conociendo el frío de Londres, ¿no?

A mi se me cayó el alma a los pies, claramente.

—Me encantaría. Joder, es una idea malditamente buena, pero te olvidas que eres el único que puede decidir viajar a otro país de la noche a la mañana. —dijo Ashley.

Era verdad. Charlie al tener un estatus económico mayor, podía ofrecer ciertas opciones que para nosotros serían de ''¿estás jodiendo?'' pero para él sería algo normal.

Sin embargo, después de rogarles a sus padres como si tuviéramos 5 años, a Emma y Ashley le dieron permiso de ir también.

Para ese momento me importaba una mierda tener el corazón roto porque, ¡mis mejores amigos iban a Londres!

Pasamos la noche entera entre risas maniáticas y una pijamada legendaria. Emma intentaba imitar el acento británico y fracasó rotundamente. Ashley repetía una y otra vez ''¿Cómo voy a mirar a tu amigo Thomas a los ojos?'' y Charlie le ofrecía fingir ser su novio para que no pasara la mayor vergüenza de su vida. A los 5 segundos los cuatro nos reímos frente a lo patético e inusual que serían Charlie y Ashley juntos.

Vimos una película pero no la terminamos de ver porque me obligaron a responder todas las preguntas posibles sobre Londres. No, no es tan perfecto como en las películas lo muestran. Sí, algunas calles sí son como las imágenes de internet dicen que son. No Ashley, no todos los británicos son sacados de un sueño. Sí, el tráfico es horrible.

Entre toda esa sesión de preguntas y respuestas, nos dormimos a las 3 de la mañana. Todos con una sonrisa en la boca, por supuesto.

No pudimos comprar asientos juntos, por lo que me tocó ir con Emma a mi lado, Ashley en una de las primeras filas y Charlie atrás, alejado de toda civilización, llegando a los baños.

Y al avistar la ciudad por los aires...

Mientras trataba de mirar por un pequeño espacio que Emma me dejó —ya que estaba totalmente encantada con la vista y no paraba de tomar fotos—, no me cabía en la cabeza que ya estaba compartiendo aire con él. Que no se encontraba tan lejos. Que estaba ahí abajo, en cualquier lugar.

Eran casi las 5 de la tarde cuando llegamos. Estábamos cansados como la mierda, pero eso no impidió que nos emocionáramos como el demonio. Yo casi saltaba por todo el lugar sabiendo que estaban ahí, que no era un sueño o una fantasía. Ashley se reía feliz, Emma miraba el alrededor con un brillo en sus ojos, Charlie se quedaba boquiabierto.

Antes de él | HEROPHINE |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora