c u a r e n t a y d o s

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La canción la pueden escuchar al final del capítulo, concuerda más con esa parte. Es una recomendación, porque pueden escuchar esa obra de arte cuando consideren necesario, pero creo que es mejor hacia el final. Disfruten  ❤️








Poco más tarde, en el apartamento, nos encontramos en el sofá viendo una película de comedia malísima, que sin embargo nos hace reír de lo mala que es. O bueno, al menos eso pasa la mitad del tiempo, porque de por medio hay muchos, muchos besos.

Como por ejemplo, ahora.

La película sigue sonando y ninguno de los dos le prestamos atención. Me encuentro encima del regazo de Hero, probando y devorando sus cálidos y deliciosos labios. Me parece sorprendente todo lo que ha cambiado nuestra convivencia desde que nos conocimos. Primero, no lo soportaba. No lo podía ver ni en pintura. Luego, me caía bien, era soportable. A medida que nos acercábamos, me sacaba de mis cabales y algunas veces me preguntaba a mí misma por qué le daba tanta importancia o por qué pasaban esos momentos que me ponían a dudar de mi propia cordura, cuando la tensión entre nosotros era evidente. Hasta que por fin todo explotó y la pasión salió a relucir, llevándonos aquí, al punto en el que nos encontramos.

Empieza a dar besos por mi cuello y yo inclino la cabeza para darle más espacio. Vuelve a subir y muerde la zona sensible de mi lóbulo, haciéndome temblar y siento unas punzadas que necesito suplir lo antes posible en la parte baja de mi estómago.

Hormonas alborotadas por el periodo, bienvenidas. Justo en el momento menos adecuado.

Le saco la camisa por encima y me mira entre divertido y preocupado.

—¿Qué haces?

Llevo mi boca hasta su oreja y le digo:

—Divirtiéndome un poco. —dicho eso, le devuelvo la juguetona mordida y gruñe.

Paso mis manos por su pecho y por el elástico de su pantalón. Debajo de mi cuerpo puedo palpar su dureza y balanceo mis caderas.

—Esto es un juego muy peligroso, lo sabes, ¿no? —su voz ha adquirido un matiz más grave de lo normal.

—¿A qué hora llega tu hermana?

—En una media hora, pero tienes el periodo, mujer. No podemos follar ahora.

Aunque sus palabras podrían sonar razonables, pierden toda la seguridad por lo ronca que se encuentra su voz y sus manos curiosas, que parecen explorar de norte a sur mi espalda.

Me restriego un poco más para aliviar la presión entre mis piernas y en menos de lo que dura un segundo, me siento a su lado, peinando mi cabello.

Hero se queda mirando al frente, con las manos en el aire. Luego, frunce el ceño y parpadea varias veces como si intentara descubrir si está soñando o realmente está despierto. Me mira confundido y un poco indignado mientras se acomoda el pantalón, aunque el intento es vano, porque sigue habiendo un gran bulto ahí abajo. Observo ese punto en específico y suelto una risita.

—¿Eso fue todo?

Me encojo de hombros inocentemente. —¿Querías más? Tú mismo lo dijiste. No podemos follar.

—¡Pero no tenías que parar todo de la nada!

—¿Enserio estás haciendo un berrinche por un momento de calentura? —lo molesto.

—Bueno, hubieras sido un poco más compasiva...

Se acerca a mí mientras yo me aparto con una sonrisa, por lo que termino debajo de él, aprisionada entre sus brazos. Su nariz acaricia a la mía, luego aspira mi cuello para trazar una línea desde mi barbilla hasta mi mejilla derecha con su nariz. Se acerca a mi boca y cuando me incorporo un poco para darle un beso, se quita de golpe.

Antes de él | HEROPHINE |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora