c i e n

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HERO.

Los días pasan, y con ellos, la terapia de Josephine.

No le dije ni le pienso decir que el día que me confesó todo lo que rondaba por su mente, lloré en el hombro de Mercy.

Haría de su dolor el mío si tuviera la oportunidad.

La había notado extraña, distante, anormal. Lo había atribuido al secuestro mismo. ¿Quién en su sano juicio estaría bien después de tal anomalía? Absolutamente nadie, y todos estábamos consciente de ello. Pero una cosa era eso y otra saber qué tan profundo era el problema. El alma se me partió a la mitad cuando la vi llorar sola en esa habitación vacía. Nunca, desde que nos conocimos, me ha gustado verla llorar. Recuerdo la vez que la vi hacerlo por primera vez; fue unos pocos días después que se mudó a nuestro hogar. Matt la había llamado y las cosas resultaron más difíciles de lo que ella creía.

No le debía nada, apenas sabía su nombre. En ese tiempo, hace más de 5 meses, yo solo era un gilipollas que pensaba con el pene y que aparte de Mercy, no tenía que preocuparme por nada más en el mundo. Por mí, todos se podían ir a la mierda. No obstante, ella giró y al ver esos ojos rojos... no pude evitar sentirme mal e impotente por ella, como si mi propio corazón supiera lo que ella vendría a ser para mí un tiempo más adelante.

Nada más llegué al apartamento, me derrumbé. Sentía que le había fallado de alguna manera, y lo único que podía pensar era: ¿Por qué ella? ¿Por qué ella? ¿Por qué ella?

Recuerdo el día en que West nos contó a Steve y a mí lo de Avery. Ahora puedo sentirlo de verdad, esa sensación de impotencia. Él dijo que era injusto que a Avery, una chica dulce y alegre, le sucediera lo que le pasó cuando en la sociedad existe gente mil veces más malvada y cruel.

Tal vez es cuestión de aceptarlo. Hay que aceptar que en la vida real los villanos pueden ganar. Si no fuera así, ¿por qué Jennifer sigue librada de culpa? ¿Por qué Avery está muerta? ¿Por qué a Josh lo golpearon hasta casi matarlo? ¿Por qué hay gente que aún sigue viendo a Jordan con desdén e indiferencia? ¿Por qué Megara tiene que sacar uña y diente para que algunas personas la respeten? ¿Por qué mi padre sigue en su trono de poder? ¿Por qué Emma tuvo que pasar por ese infierno?

¿Por qué casi matan a mi rubia?

Y el hecho de que ella se sintiera de esa forma... me rompió en mil pedazos. Mercy estuvo ahí, escuchándome y aconsejándome, quedándose hasta altas horas de la noche hasta que ya me hubiera calmado.

Cada vez que reconozco el vacío que día tras día se empieza a llenar en la mirada de Jo, algo dentro de mí se estruja un poco.

Pero el orgullo le gana a esa sensación por montones.

Orgullo por cada vez que la veo esforzarse en cada sesión, ya sea física o terapéutica. Da todo de sí misma, incluso se exige más de lo que puede dar, porque quiere mejorar. Poco a poco está dejando ir todas esas emociones negativas que la afectan y sus amigos y yo tratamos de no dejarla sola.

Nunca me cansaré de decir que amo con todo mi maldito corazón a esa rubia de ojos increíbles. Es una guerrera fuerte y valiente con un corazón de acero. No importa que la conozca hace meses, cada vez que me la encuentro mi alma parece cantar en armonía con la de ella.

Quién sabe, puede existir la posibilidad de que la mierda cliché de ''amor de tu vida'' ''tu media naranja'' ''tu otra mitad'' sí sea verdad. Josephine Langford me ha demostrado una vez más que la vida tiene más tonalidades que un simple gris neutro.

Una vez creí que el amor era blanco o negro. Bueno o malo. Sin intermedio.

Pero ahora... estoy seguro que es dorado.

Antes de él | HEROPHINE |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora