c i n c u e n t a y c i n c o

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—Luego, la misma chica me dijo que me quedaba hermoso el vestido y debería comprármelo, aunque no sirvió de nada, porque vi que ella lo quería, por lo que dejé que se lo llevara. Después de todo, el verde no me quedaba tan bien. —cuenta Mercy, mientras nos adentramos a los pasillos de la universidad.

Su primera clase inicia en media hora, pero insistió en acompañarnos a Hero y a mí. No hizo falta decirle a Hero que ni se le ocurriera traer a Steve consigo, por lo que Antony nos acompaña. Le pregunté por Sarah, su novia, y me ha dicho que estudia en otra universidad.

—Mercy, no te ofendas, pero no entiendo qué tiene de relevante saber cuál vestido compraste ayer. —le dice mientras mensajea con su novia.

—Antony, no te ofendas, pero me importa una mierda lo que pienses.

Hero pasa un brazo por mis hombros y me atrae hacia él. Yo, por mi parte, busco a mis amigos. Es mejor que esté acompañada al momento en que vea a Jennifer y a sus secuaces para no saltarles en la puta cara. Y tampoco quería dejar sola a Mercy, que estoy segura de que haría lo mismo si se encuentra a Steve. Hero también.

En resumidas cuentas, Antony es el único que no tiene a alguien quien golpear. Aunque él afirma lo contraria, porque, citando al pie de la letra, ''la mera existencia de Adam le joden los cojones''. No tenía conocimiento de la relación de Mercy y Steve.

—¿Sabes qué es interesante de hablar? —pregunta en general y nadie le responde— Que Hero tenga novia. Ya era hora, te estabas demorando un poco. Y encima que sea alguien que me agrade.

Sonrío y hago una fingida referencia mientras universitarios nos abren paso. A pesar de que hace una semana mi relación con Hero haya salido a la luz, algunos siguen un poco sorprendidos y nos siguen mirando como si fuéramos una atracción de feria. Solo basta de una mirada fría de él para que dejemos de ser el centro de atención.

—Fue un poco difícil, ya sabes, algunas veces es insoportable, pero lo quiero a pesar dé. —digo y Hero me da un breve empujón en las costillas, haciéndome reír.

—Eso no decías cuando te follaba hasta... —me empieza a decir en el oído pero lo paro de golpe.

—Ni te atrevas a decir una sola palabra más, Hero Fiennes Tiffin.

Ríe por lo bajo y llegamos hasta mi clase. Jordan me andaba esperando en la puerta.

—Antony, hombre. —le saluda— Cuanto tiempo.

El susodicho despega la vista de su celular y sonríe ampliamente.

—Dan, que sorpresa verte por aquí. ¿Cómo sigue Thomas? ¿Cómo han ido los entrenamientos de fútbol? ¿Maxwell sigue siendo un dolor en el culo?

Se ríe y niega. —Lo dejé hace unos meses y Thomas está bien, sigue igual de idiota que siempre.

—Ya, me alegra. Tenemos que remontar los viejos tiempos y molestarle un poco, no se me olvida que en la última temporada me dejó de suplente.

—¿Se conocen? —pregunto, con el ceño fruncido. Hero está igual.

Mercy... Mercy parece interesarse más por los lockers que nos rodean y ha decidido mirar fijamente la lámpara que ilumina el pasillo con suma curiosidad.

—Estuvimos juntos en la liga de fútbol por dos años. Era la mejor defensa que alguien podría tener.  —responde Antony— Me salí después de que mi padre decidió trasladarme al campo del sur.

—El equipo no fue el mismo desde que te fuiste. Cuando Maxwell decidió subir las tarifas, me salí completamente. Ese hijo de puta piensa que todos nacimos en cuna de oro. —dice con los dientes apretados.

Antes de él | HEROPHINE |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora