v e i n t i c i n c o

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En el trabajo, no pude hablar con Chloe. Me ignoraba olímpicamente y pasaba de mí. Bueno, a decir verdad, no le rogué mucho. Si hay algo que he aprendido durante toda mi vida, es que si alguien no quiere mi compañía, sea cual sea el motivo, yo no voy a arrastrarme detrás de esa persona. Sé que no merezco ser tratada así.

Por el contrario, el pobre de Julio casi lloraba por aquello, aunque con él sí habló. Maure me animó diciendo que capaz eran cosas de chicas, ¿pero por qué habría un problema si yo no había hecho nada? En fin, no dejé que eso arruinara mi día. Salí más temprano de lo usual porque Maure se ofreció a cubrir mi turno por verme un poco recaída, cosa que se lo agradecí enormemente.

Igual algún día tendré que devolverle el favor, según lo que él me ha dicho.

Me encuentro en el parque que hay a unas cuantas calles del trabajo. Nunca había venido aquí, sin embargo, estoy considerando a venir más seguido, porque aunque no sea muy grande, las personas que concurren aquí al parecer buscan un lugar calmado, tranquilo y que no esté al tope. En frente de mí hay un parque de juegos pequeño, donde una madre y su hijo están jugando en los columpios. A mi espalda hay lo que podría ser un bosque pequeño, lleno de árboles.

Miro el reloj y resoplo al ver que son las 5:17 PM. Meg dijo que estarían aquí a las 5 en punto, ella fue la que recomendó el sitio. Un grupo de chicas, probablemente de instituto, están en la banca del otro lado del parque y me echan miraditas mientras se ríen por bajo. Ruedo los ojos. ¿Qué pensarán? ¿Que me dejó plantada mi novio? Tonterías.

Cuando estaba debatiéndome seriamente el hecho de irme, escucho un grito a mi espalda, lo cual hace que me sobresalte en mi puesto y pegue un grito aún más fuerte.

—¡Mierda!

Thomas rodea la banca muerto de la risa. Jordan, a su pesar, también ríe y Meg murmura algo así como un ''son niños pequeños en cuerpos de jóvenes de 22 años''.

—Perdona la tardanza, iba a venir sin ellos dos, pero me imploraron que les esperara. —me saluda Meg con un beso en la mejilla y se sienta con Jordan en las dos sillas que hay al frente de donde estoy.

Las adolescentes fastidiosas que antes se burlaban de mí ahora miran embelesadas a Thomas y a Jordan. No las culpo.

—Exagerada. —rebate Thomas y se sienta a mi lado— Simplemente te dijimos que nos encontraríamos en la entrada. Te recuerdo que fuiste tú la que llegó tarde.

—¡Estaba con Marie! No es mi culpa que el tiempo se me haya pasado volando con ella.

—¿Ahora sales con la posible candidata de tener un amorío con Kyle? —Jordan frunce el ceño.

Mi amiga hace un mohín. —Es imposible odiarla, es una chica espectacular. Si Kyle decide ligársela, no me molestaría mucho. —junta su dedo índice con el pulgar— Solo un poquito.

—¿Y bien? ¿Qué querías decirnos, Jo? —pregunta Thomas.

Suspiro y me remuevo nerviosa sobre mi asiento. Miro la cara de mis amigos, ¿me mirarán diferente cuando les cuente? ¿Se alejarán de mí? ¿Me volverán a hablar?

Pero, ¡vamos! Tampoco es que les vaya a contar un delito. No asesiné a nadie, por lo que debería estar tranquila. Junto mis manos en mi regazo y no aparto la vista de ellas.

—Hay algo entre Hero y yo. —digo bajo y rápido, con el corazón a mil.

Jordan se inclina hacia adelante con expresión confusa.

—No te entendimos nada. —Meg niega rotundamente.

Thomas, por su parte, me mira impasible. ¿Alcanzó a escuchar? ¿Entendió lo que quise decir?

Antes de él | HEROPHINE |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora