s e t e n t a y c u a t r o

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HERO.

Me senté en el sillón enfrente del sofá donde se encontraba Mercy sobre las piernas de Jordan, Thomas en el otro extremo y Meg parada al lado del mueble, con la chica a su lado, sosteniéndola todavía de la mano.

Y les conté todo.

Vale, no todo, porque hay partes de la historia que no pueden conocer, no hasta que mis amigos y yo resolvamos todo el asunto. Pero sí les conté mis sentimientos, les expliqué que no engañé a Josephine con Jennifer y que sí, admití que me juntaba con ella, pero era porque teníamos una situación muy delicada con Steve y West y ella por nada del mundo podía abrir su bocota.

Les expliqué que era un martirio no decirle a Josephine, pero que estaba seguro que Jennifer la hundiría también a ella.

—Nada sorprendente de esa zorra. —dijo Megara en tono plano.

Y finalmente les dije que acepto toda la responsabilidad que recae en mí por dejarme manipular por ella. No voy a victimizarme fingiendo que nada de esto fue mi culpa, porque yo acepté los parámetros sin medir las consecuencias por estar más preocupado por situaciones imaginarias en mi cabeza en vez de enfocarme en las personas que amaba.

Por lo que, mientras cabizbajo les relato todo eso, abro un poco mi corazón.

Solo un poco, porque la única persona que lo conoce por cada rincón y a la única que le permitiré verlo en totalidad, es a una rubia de ojos azules que permanece día y noche en mi mente. Que se ha calado en mi alma y por más que lo intente, no encuentro una forma de que salga de ahí.

—Lo último que quería hacer era lastimarla. Literalmente seguí las instrucciones de Jennifer para evitar eso. Sé que soy un bastardo que merece todo lo que está pasando, pero cuando Mercy dijo que ella pensaba todas esas cosas de mí... ni siquiera lo estoy explicando para purgarme de mis emociones. Se los estoy diciendo para que ella sepa que nadie la traicionaría, sabiendo que es una persona tan malditamente espléndida y maravillosa. Se los estoy diciendo para que ella sepa que las personas buenas recibirán cosas buenas por partes de la vida aunque así no parezca. Yo ya recibí mi merecido. Fueron muchas cosas, pero definitivamente la que más me dolió fue cuando me enteré que ella se fue. —fuerzo la voz para que no me tiemble. Joder, esto de desahogarse con otros es una putada, ¿cómo lo pueden hacer otras personas todo el tiempo?— Diría que me abandonó, pero eso sería como si la estuviera culpando de algo y no lo hago. También les debía una disculpa. Ustedes son increíbles y me alegra que Josephine tenga amigos tan leales. No merecían eso tampoco.

El mundo se tambalea un poco cuando mi mirada cruza con la de la peliazul.

No le conté lo de Josh.

Primero, quiero salir caminando del hogar Jordan.

Y segundo... no pude conseguir mucha información de Josh de todas maneras. Las pocas e insulsas cosas las modificaba un poco y se las decía a Jennifer. Sin embargo, eso no quita el peso de mis acciones. Megara merece una explicación sin prisas ni ataviada.

Tal vez cuando acabe todo esto. Cuando le pueda decir sin levantar sospechas o generar demasiadas preguntas.

No me atrevo a respirar mientras espero sus reacciones. Sus caras son imposibles de descifrar. En los ojos de Mercy parece haber una pizca de reproche.

—Disculpas no aceptadas.

El aire sale de mis pulmones cuando Megara camina hasta la ventana, impasible y con pasos decididos, y suelta a la chica morena con pelo dorado.

Antes de él | HEROPHINE |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora