Siempre estuvo ella ↯ ┃Draco Malfoy┃☑

➸ Capitulo 42

Abracé a Draco, quien me tenia envuelta en sus brazos que me daban calor y seguridad.

—¿Te acuerdas cuando estábamos en tercero? —pregunte acariciado su pecho. —Eres muy llorón, bueno, sigues siéndolo.

Draco empezó a reír. —Tú has cambiado un poco.

—¿Eh? ¿Cómo era yo? —desafié sonriendo.

—Hermosa—completo. –Te has puesto más hermosa.

Me sonroje. —¿Ahora te llamo Romeo?

—¿Quién es Romeo? —pregunte mirándome raro.

Empecé a reírme mientras Draco me seguía mirando sin entender nada. Sin embargo, al mirar el reloj que estaba en la pared, pare de reír.

—¿Por qué tardan tanto? —pregunte a Evan, quien estaba sentado frente a nosotros.

—No sé—suspiro. —Seguro ya llegarán.

Evan había cambiado bastante, de ser el muchacho sonriente que decía idioteces a cada rato, ahora era la sombra de eso, se había vuelto callado, e incluso un poco frio y serio.

—Evan—llamé, pero ni me miro. —Evan...

Fui interrumpida por unos pasos que sonaron en la entrada.

—Volvimos—hablo Cissy.

Los señores Malfoy entraron, sin embargo, no veía a mi padre por ningún lado.

—¿Y mi papá? —pregunté

Cissy y Lucius se miraron preocupados.

—Se tuvo que quedar a arreglar unos asuntos—aclaro Lucius. —Evan, tu padre me dijo que lleves a tu hermana, con mucho cuidado.

Evan asintió y se levanto para dirigirse a la puerta. —Vamos Lydia.

Me despedí de los Malfoy para empezar a dirigirme con Evan a nuestra mansión.

—¿No vas a hablar nada? —pregunte cansada del silencio.

—No tengo ganas de hablar—respondió.

El silencio volvió a mandar, pero lo rompí de nuevo.

—¿Por qué terminaste a Bonnie? —pregunte directamente.

Evan se quedo quieto, faltaba poco para llegar a nuestra mansión.

—Lydia, eso...

—Si me incumbe—respondí. —Soy tu hermana y te quiero.

—Está bien, te lo diré—Evan se puso frente mío.

Todo se empezó a volver frío, el cielo empezó a oscurecer y sonaban tormentas, la lluvia le siguió.

—Mierda—hablo Evan. —¡Lydia corre!

Empezamos a correr, sin embargo, la tristeza empezó a correr por mi cuerpo, sentía como si mis fuerzas se hubieran ido.

Paramos luego de haber corrido, sin embargo, el cielo seguía oscuro y tenebroso.

—¿Qué pa-paso? —pregunte con temor.

—No hagas bulla—Evan miro alrededor. —Eso, acaso fueron...

De la nada un dementor apareció frente a nosotros y agarro del cuello a Evan, dejándolo inmóvil.

—¡Evan! —empecé a gritar.

Busque mi varita en el bolsillo de mi pantalón. El dementor empezó a absorber el alma de Evan.

—¡Expecto Patronum! —grité desesperada, pero el hechizo no funcionaba. —¡Expecto Patronum!

De mi varita salía una pequeña luz, sin embargo, no era suficiente para el hechizo.

—¡Expecto Patronum! —empezaba a llorar. —¡Por favor! ¡Expecto Patronum!

Un dementor me impacto por atrás, me tiro al suelo e igual como a Evan, me agarro por el cuello.

Sentía como toda mi felicidad era arrebatada, toda la temperatura se iba de mi cuerpo, mi alma iba a ser robada por un dementor, me iba a llevar hasta la locura.

Rindiéndome, sin ver alguna salida, espere mi terrible destino.

—¡Expecto Patronum! —grito una vez que no reconocía. —¡Expecto Patronum!

El aire volvió a mí, sin embargo, sentía que no tenia fuerzas, así que empecé a cerrar los ojos.

—¡Hermana! —grito Evan. —¡Despierta!

—¡Hija, resiste! —le siguió mi padre.

Pero yo ya no podía resistir.