Siempre estuvo ella ↯ ┃Draco Malfoy┃☑

➸ Epílogo

19 años después

Dos mellizos de una pareja de esposos empezaron a correr por la estación de King Cross, ambos estaban emocionados por su primer año en Hogwarts.

—¡Puedo correr más rápido que tú, Scorpius! —grito la niña corriendo con tanta rapidez que cruzó el muro, llegando a la plataforma 9 ¾, mientras se quedaba atrás con timidez y temor al cruzar.

—¿Estas bien, hijo? —habló Draco Malfoy, el padre del pequeño, quien cargaba el carrito de ambos niños.

—Es que...—musitó. —Tengo miedo.

—¿Por qué? —se acercó su madre, Lydia Malfoy. —¿A que le temes?

—A no ser aceptado—hizo una pequeña mueca.

—¿Cómo no serás aceptado? —Draco sonrió. —Eres un Malfoy.

—Y Robertson—Lydia hizo recordar. —Tienes que demostrar lo asombroso que eres.

—¿Soy asombroso? —pregunto con timidez, Scorpius.

—Lo eres—Lydia abrazo a su hijo. —Ahora vamos, antes que tu hermana se vaya sin ti.

Los señores Malfoy con su pequeño hijo cruzaron el muro.

—¡Odette Malfoy! —grito Lydia al ver a su hija. —¡Como te puedes ir así!

—Perdón mamá—río con nervios. —¡Estoy emocionada!

Lydia soltó una risa y abrazó a su hija. —Los extrañaré demasiado, a ambos.

—Pero más a mi—Odette presumió. —¿Estas listo, Scorpius?

—Supongo—musitó aún preocupado.

Lydia miro a Draco, con la mirada ambos habían llegado a la misma idea. La señora Malfoy sacó de su bolsillo una pequeña bolsa de chocolate.

—Ten—Lydia le entregó a su hijo la bolsita. —El chocolate te puede ayudar a conseguir amigos.

Scorpius miro el chocolate y sonrió. —¡Estoy listo!

—¿Y yo que tengo? —contradijo Odette.

—Tu hurón—Draco agarro al pequeño hurón albino para dárselo a su hija.

—¡Saltarín! —Odette abrazo a su hurón. —Perdón por dejarte con este gruñón.

—No puedo creer que mi hija use ese maldito apodo—Draco regaño.

—El increíble hurón saltarín—Lydia hizo recordar, ambos soltaron unas risas.

Draco miro a unos metros de nosotros, observando a Harry Potter, ambos hicieron un asentamiento de cabeza, como saludo.

—¡Primos! —gritaron unos niños acercándose a los Malfoy, detrás de ellos venían la señora y el señor Robertson.

Un niño de trece años corría rápidamente hacían los pequeños Malfoy, hasta llegar a su lado.

—¡Oliver! —la niña abrazó a su primo.

—¡Prima! —dejo de abrazar a la niña para abrazar a su primo. —¡Primo!

—Oliver— Scorpius sonrió, le agradaba su primo.

—¡Oliver George Robertson! —grito Bonnie Robertson. —¡Cuantas veces te he dicho que no corras así!

Evan, el padre del pequeño corredor y esposo de Bonnie, se encontraba riendo agarrado de la mano de una niña de diez años, Nora Robertson, su menor hija.

—Bonnie, Evan—saludo Lydia. —Nora—la niña abrazo a su tía.

—¡Tía, ya quiero ir a Hogwarts con mis primos! —exclamo la niña.

—Ya te falta poco, en dos años alcanzarás a tus primos—Lydia sonrió. —¿Cómo están?

—Nosotros bien—Bonnie sonrió. —Aunque tener tres niños en casa no es fácil.

—Pero Adonis ya no es un niño—Draco soltó una risa.

—Sigue siendo como uno—Evan explicó. —Ahí viene.

Un joven alto, que cargaba una pequeña maleta se acercaba a la familia, algunos murmuraban que era el vivo retrato de su abuelo, Adonis I Robertson.

—Tía Ly, tío Draco, primos—saludo Adonis. —¿Listos para una aventura en Hogwarts?

—¡Claro que sí, primo! —ambos mellizos Malfoy sonrieron.

Adonis se sonrojo un poco y riendo habló. —Les pediré que me digan profesor cuando estemos en Hogwarts.

—¿Por qué? —pronunció Odette con un poco de enojo.

—No quiero que piensen que tengo favoritismo.

—Primo, todo el mundo sabe que somos familia—Odette contradijo.

Ambas familias empezaron a reírse, mientras Adonis II se sonrojaba con lo dicho por su pequeña prima.

—¡Bueno! —Oliver dio un pequeño abrazo a sus tíos y padres. —Tengo que ir por Fred y James, este año tenemos unas bromas por hacer.

—¡Nada como el año pasado! —regaño Bonnie.

—¡Serán mucho mejor que el año pasado! —Oliver corrió con su carrito en búsqueda de sus amigos.

Adonis suspiro. —Otro año soportando a ese trío—miro a su familia. —Nos vemos, a ustedes—miro a los mellizos, —espero que no sean como esas pesadillas.

—Claro que no—Odette musitó. —¡Seremos lo mejor de Slytherin!

La pequeña niña se despidió de sus padres y con pasos seguros, empezó a caminar hacia el tren.

Scorpius miro a sus padres, se detuvo y los abrazó a ambos, para luego separarse y seguir su camino detrás de su hermana.

—¿Crees que estarán bien? —pregunto Lydia a Draco.

—Lo estarán—Draco la abrazó.

Ambas familias vieron como sus respectivos hijos iban en camino a Hogwarts, quienes salieron por las ventanas a despedirse de sus padres.

Lydia miro a Draco, lo abrazó, y aunque muchas veces le agradeció por todo el amor que le entregó, sentía que nunca iba a ser suficiente.

Porque Draco la salvó de la oscuridad.

Porque Lydia lo salvó de la oscuridad.

Porque Draco estuvo en las buenas y malas.

Porque Lydia estuvo en las buenas y malas.

Porque siempre fue Lydia y Draco.

Porque siempre fue Draco y Lydia.

Siempre estuvo él.

Siempre estuvo ella.