➸ Capitulo 44

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—¿Quieres un poco? —pregunto Draco ofreciéndome una galleta.

—No—respondí.

Draco me agarro la mano. —Te ves muy demarcada, Ly.

—Estoy...bien—susurre mirando hacia la ventana.

—¿Has podido dormir desde...eso? —preguntó preocupado.

No le quise responder, no quería mentirle, pero tampoco le quería decir que no había podido dormir.

—¡Lydia! —grito Eli entrado a abrazarme. —¿Cómo estás?

—No quiero hablar de eso—hable sin mirarla.

Elizabeth y Draco se intercambiaron miradas, los dos estaban preocupados por mí.

Me abracé a misma, esperado solo llegar a Hogwarts.

—Te ayudo, amor—me hablo Draco agarrado mi maleta.

—Ven, te acompaño hasta tu mesa—siguió Eli.

Me estaban tratado como niña, algo que me molestaba un poco. Empezamos a caminar, junto nosotros se pusieron Crabble y Goyle, hasta que nos dimos cuenta que San Potter con Weasley y Granger estaban frente a nosotros, Draco agarro mi mano y empezó caminar para molestarlo.

—Me sorprende que el Ministerio te siga libre, Potter—farfulló Draco. —Mejor disfrútalo mientras puedas, ya tienen una celda en Azkaban con tu nombre.

Potter quiso golpear a Draco, pero Weasley lo agarro. —¡No te metas conmigo!

Alcé mi varita y se lo puse en el cuello. —Cuidado tú, Potter—lo mire enojada. —Estas en el bando perdedor.

—¿Qué tal pasaste tus vacaciones, Lydia? —Potter comenzó a hablar con sarcasmo. —Con tu papi mortífago, y sin hablar de tu hermano, quien le sigue el camino.

Me enfurecí más y quise golpearlo, pero Draco me puso detrás suyo. —Con ella no te metas, Potter.

—Aprende a defenderte solo, Malfoy—grito Weasley.

—Al menos tengo alguien quien me defienda—contradijo Draco para agarrarme mi mano y seguir caminado.

Al llegar a los carruajes, Draco me ayudo a subir como si me fuera a caer, mientras Eli me preguntaba a cada rato como me sentía.

—¿Podían dejar de tratarme así? —pregunte algo irritada.

Los dos empezaron a hablar explicado porque me trataban así, pero no entendía a ninguno.

Empecé a reírme, los dos me miraron raro. —Solo hay que seguir caminado.

Luego de dejar nuestras cosas, entramos al Gran Comedor, en donde nos tuvimos que separar. Me senté en mi mesa, justo al lado de Luna.

—¿Qué tal tus vacaciones, Ly? —pregunto dulcemente.

—Tuve mejores vacaciones—sonreí con una mueca. —¿Y las tuyas?

—Bueno, los nargles no me visitaron—sonrió. —Estuvieron mejor.

Albus Dumbledore empezó a dar su discurso de comienzo de año. No estaba prestando atención, la verdad no me interesaba en absoluto. Hasta que escuche que mencionaba a Umbridge, la insoportable subsecretaria del Ministro de Magia.

La insoportable, digo, la querida profesor Umbridge, quiso atención así que se puso a dar un discurso interrumpiendo a Dumbledore.

Al terminar de cenar, me fui rápidamente sin esperar que Eli o Draco me acompañen a mi sala común. Necesitaba buscar a un profesor, para que me ayudará.

—Profesor Snape—hable al entrar a su despacho.

—Lydia—hizo una mueca disimulado una sonrisa. —Me entere lo que paso en el verano, lamento que tuvieras que vivir eso.

Sin querer recordar ese horrible momento, lo interrumpí. —Necesito su ayuda.

—¿Qué se te ofrece, Ly? —pregunto directamente.

—Necesito aprender a defenderme—hable sin rodeos. —Tiempos oscuros se acercan, y necesito defender a los míos.

El profesor Snape asintió y habló. —Mañana antes de tu primera clase, quiero ver cuanto sabes.

Le sonreí y agradecí. —Muchas gracias, profesor.

—Sé que Odette hubiera querido que supieras cuidarte—se cruzó de brazos.

—¿Era cercano con mi madre? —pregunte

El profesor se quedo en silencio unos segundos. —Siempre me ayudo a conseguir...algo, pero nunca lo pude conseguir, ni con su ayuda.

—Espero que lo consiga, profesor—hable.

—No—el profesor Snape bajo la mirada. —Ya no lo puedo conseguir, ya no.

Siempre estuvo ella ↯ ┃Draco Malfoy┃☑Donde viven las historias. Descúbrelo ahora