El verano fue un gran cambio total para mí, en cuánto pensamientos y físico. Mi cabello ondulado había pasado de estar sobre mis hombros a llegar casi a mi cintura. Mis caderas se ancharon un poco, como mis pechos crecieron. Cada día me iba pareciendo más y más a mi madre, bueno, mi padre me lo decía a cada rato.
Mi hermano también había madurado, el ego que tenía había bajado, y se mostraba un poco más humilde. Por alguna extraña razón, comenzó a tener una preocupación por mí, todos los días me daba charlas sobre que tendría que cuidarme, que no me deje llevar por cualquier hombre, que seguía siendo su pequeña hermanita, era demasiado raro.
Hablando de actitudes extrañas, mi padre también se comenzaba a portar extraño. Siempre andaba en el ministerio, tenía reuniones extrañas, sentía que me ocultaba algo.
—¡Ly ya nos vamos! —llamó mi hermano desde el marco de mi puerta. —¿Por qué te arreglas tanto? Sólo iremos a ver a los Malfoy.
Me sonroje un poco. —¡N-No estoy tan arreglada-da! —exclamé.
—Bueno, viendo que has estado una hora bañándote, una hora más eligiendo tu ropa, y una hora más para arreglar tu horrenda cara—enumero entre risas.
—¡Dra-Draco no ti-tiene nada que ver con mi-mi buen humor! —grité frunciendo los labios.
—Yo nunca he mencionado a Draco—mi hermano sonrió victorioso.
Me levanté y le cerré la puerta en el rostro. —¡Ya voy a bajar! —me miré por última vez en el espejo. —Calma tus nervios—me hable a mi misma, para luego salir al primer piso.
Con mi padre y hermano, quienes vestían de una forma elegante, nos comenzamos a dirigir a la Mansión Malfoy. Estaba tan emocionada por ver de nuevo a Draco, que sin darme cuenta ya habíamos llegado.
—¡Adonis! —la señora Narcisa saludó dándole un pequeño abrazo. —¡Lydia! —me abrazo al instante y me dio un pequeño beso en cada mejilla. —Estás más guapa desde la última vez que te vi, estás creciendo demasiado—acarició un poco mi cabello. —Igual que tu madre.
—¿Por qué a Lydia siempre la llena de amor? —mi hermano habló indignado.
La señora Narcisa soltó una pequeña. —Evan, ya estas hecho un hombre, eres igual a tu padre—miró a mi padre. —No copies sus estupideces, por favor.
Mi padre comenzó a reír. —Cissy, como siempre tan simpática—habló rodeando los ojos divertido. —¿En dónde está mi marido?
—Aquí está—habló Lucius apareciendo a lado de mi padre. —Sé que no puedes sobrevivir sin mí.
Mi padre le dio un pequeño abrazo como saludo. —Lucius, tenemos que hablar de unos asuntos—el ambiente entre ellos cambio a uno serio. Los dos se retiraron a la oficina del señor Malfoy.
—Ahora llamaré a Draco—sonrió Narcisa, aunque se comenzó a escuchar unos pasos bajando. —Bueno, no es necesario, ya sintió tu presencia.
Un chico con cabello platinado apareció ante nosotros, era el mismísimo Draco, quién como yo, había crecido también. Su hermoso cabello ya no estaba pegado hacia atrás, ahora lo tenía soltado, algo desarreglado. Podría jurar que me llevaba casi media cabeza, y sus ojos, dios mío, tan grises, tan hermosos. Mi cara comenzó a arder un poco al mirarlo.
—Lydia—Draco me sonrió y se acerco a abrazarme. —Es un gusto volver a verte—se separó de mí, saludo a mi hermano con un pequeño asentamiento de cabeza. —Evan.
—Draco—Evan devolvió el saludo. —Al fin que apareces, Lydia no paraba de arreglarse para verte.
Mi cara enrojeció y lo mire a mi hermano. —¡Evan!
Mi hermano simplemente soltó una pequeña risa, y Draco me miró de nuevo.
—Lydia, te ves preciosa—habló agarrando suavemente mi mano.
Si mi cara se pudiera convertir en algo, sería un tomate.
—Evan, acompáñame—Narcisa agarro el brazo de Evan. —Uno de los elfos hizo unas galletas.
—Pero, yo no—Narcisa no lo dejo terminar ya que lo comenzó a jalar a la cocina.
—Disculpa, Evan solo dice estupideces—hablé cruzada de brazos. —Es tan estúpido.
Draco se me quedo viendo sin decir nada, algo que me comenzaba a ponerme nerviosa.
—¿Qué? —replique frunciendo los labios. —¿Tengo algo en la cara?
—Te he extrañado demasiado. —habló Draco riendo. —Te has vuelto más preciosa de lo que ya eras.
Mis ojos comenzaron a brillar. —Cállate, me pones nerviosa.
—Esa es mi intención— Draco se acercó un poco a mí.
Draco había cambiado no tan solo en el físico, también en su personalidad, se había vuelto más coqueto, más lanzado. Los dos nos quedamos hablando demasiado, entre pequeños coqueteos que me lanzaba Draco y los "cállate" que le decía.
La cena transcurrió tranquila, entre bromas de mi padre con el señor Lucius, y con mi hermano alardeando de su futuro.
—Tu madre siempre comía brioches—dijo Narcisa pasándome un plato con dos brioches. —Por lo que veo, tú también heredaste el mismo gusto.
—¿Ustedes también eran cercanos a mi madre? —pregunté sonriendo con melancolía.
Mi padre soltó una pequeña risa. —Narcisa y tu madre no se querían.
—¡Adonis! —Narcisa lo fulmino la mirada. —Al comienzo admito que no, ella y yo muchas veces chocamos—tomó un poco de su café. —Pensaba que tu padre solo tenía capricho por tu madre, la diferencia de edad no me gustaba. Tu madre al comienzo era...muy contraria a mí, era una niña—mi padre volvió a reír. —¡Es verdad! Ya luego, maduro y bueno, comenzamos a ser muy buenas amigas. Cuando me peleaba con Lucius, no podía ir a Adonis, porque lo defendería—rodeó los ojos. —Tu madre llegó a entenderme demasiado bien, ahí fue cuando me di cuenta que realmente tu madre era demasiado buena para tu padre—soltó una risa.
—A mi no me gustaba sus amistades—admitió el señor Lucius. —Tu madre era amiga de Lily Evans, madre de...San Potter—habló con la misma mueca que hacía Draco.
Narcisa y yo nos miramos riendo por la similitud entre los dos. La cena siguió transcurriendo, hasta que terminamos. El señor Lucius le entrego un sobre a mi padre, quién lo guardo al instante. Antes de irme con Draco fuimos un rato al patio trasero.
—¿Emocionado por volver? —pregunté sonriendo.
—No quisiera volver a ver a esos sangres sucias y traidores—habló con repugnancia. —Sin embargo, estoy ansioso por volver a verte todos los días
—¿Acaso soy tan importante para ti? —hablé con un poco de sarcasmo.
—No sabes que tan importante eres para mí—susurró sin embargo pude oírlo.
Draco comenzó a acercarse a mí a paso lento, hasta que estamos a solo unos centímetros de distancia, la cual estaba a punto de romperse.
—¡Lydia! —gritó mi hermano apareciendo delante de nosotros. —Ya nos...vamos—apenas pudo hablar al ver nuestra cercanía.
Draco y yo nos separamos al instante, los dos nerviosos por lo que iba a pasar.
—¿Qué esta pasando? —interrogó mi hermano.
—¡Nada! —grité sonrojada. —¡Ya va-vámonos!
Comencé a empujar a Evan para que vuelva, lo iba a seguir, pero me voltea a mirar a Draco, quién estaba sonrojado.
—Eh, bueno, yo—comenzó a tartamudear, se veía tan tierno.
No deje que hable, ya que me acerqué y le di un pequeño beso en la mejilla. —Nos vemos en Hogwarts—le sonreí para luego irme.
Ni yo sabía de donde había sacado tanto coraje para hacer eso.
Estaba tan ansiosa por volver.
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Siempre estuvo ella ↯ ┃Draco Malfoy┃☑
FanficLydia, perteneciente a la noble y ancestral casa de los Robertson, seleccionada en Ravenclaw, enamorada desde su primer año del chico más arrogante de Hogwarts, Draco Malfoy. Desde pequeña le inculcaron firmemente la importancia de la pureza de san...