Siempre estuvo ella ↯ ┃Draco Malfoy┃☑

➸ Capitulo 38

—Lydia...—me empezaron a mover. —Lydia, despierta.

—¿Qué...paso? —empecé a hablar abriendo los ojos, estaba Eli a mi lado.

—Te desmayaste—hablo Eli. —¿Te sientes mejor?

—Ya despertaste, amor—Draco se sentó a lado mío. —¿Estás mejor?

—Sí...pero soñé algo horrible—empecé a hablar. —Soñé que Cedric había muerto—Draco y Eli se miraron sospechosamente. —No...

—Lydia—empezó a hablar Eli. —Cedric murió.

Entonces nada fue un sueño.

—¿Me pueden dejar entrar a solas con mi hermana? —Evan entro a mi habitación.

—Luego volveré, ¿sí? —me acaricio la mano Draco.

—Y yo también—intervino Eli. —Ya volvemos

Entre empujones Draco y Eli salieron de mi habitación, dejándome sola con Evan.

—¿Qué esta pasando? —pregunte directamente

—Ly—me abrazo. —He hablado con Potter.

—¿Tu hablando con Potter? —reí. —¿Para qué?

Él se quedó en silencio.

—Evan—hable fuertemente. —Dinero.

—Potter dice que...nuestro padre estuvo en el cementerio—habló.

—¿Y qué hacían en el cementerio?

Evan bajo su mirada para volver a subirla. —Lydia, en el cementerio...revivió...Quien-Tú-Sabes.

—No—me negué. —Estas que mientes. Potter esta que miente.

—Ly, escúchame...

—¡No! —grite. —Voldemort está muerto...

—No lo está—el tono de voz de mi hermano cambió. —Voldemort volvió, y llamo a sus seguidores.

Lo miré sin querer que siga hablando.

—Papá es un mortífago—habló.

Había pasado todo el día desmayada. Incluso mi hermano me vino a ver preocupado. Pase todo el día en la cama, me sentía débil, como si algo fuera a pasar.

—Lydia, despierta—me movieron. —Lydia.

Abrí los ojos lentamente, viendo que mi padre estaba conmigo.

—¿Papá? —pregunte sentándome en mi cama. —¿Qué haces aquí?

—Necesito que me acompañes—me hablo. —Necesito...contarte la verdad.

Al instante me levante para agarrar la mano de mi padre, él me miró y en unos instantes desaparecimos de Hogwarts.

—¿De quién es esa casa? —estábamos delante de una casa, claramente vieja y destruida. —Esta horrible.

—Aquí vivíamos nosotros—hablo sonriendo con nostalgia. —No quería que heredar la mansión de nuestra familia, quería no tener nada que ver con mi apellido.

Mi padre empezó a caminar, abriendo la pequeña reja que había delante de la casa, yo le comencé a seguir sus pasos.

—¿Qué hacemos aquí, papá? —pregunte sin entender nada.

Él agarro un cuadro y me la enseño.

—Ella es...

—Tu mamá—completo sonriendo al retrato. —Era tan hermosa.

—Padre—me miro. —¿De qué verdad hablas?

Mi padre empezó a caminar alrededor de la sala, viendo todo el alrededor.

—Lydia, tiempos oscuros se acercan—empezó a hablar. —Tienes que saber cómo cuidarte del mal.

—¿Y para eso estamos aquí? —pregunte

—Siempre sueñas con un cuarto, ¿no? —me pregunto, a lo cual asistí con la cabeza. —Ven por aquí.

Con mi padre empezamos a subir a la planta de arriba, hasta llega a un cuarto, en la puerta tenía un pequeño letrero que decía "mi princesa guerrera".

—Ese es...el armario con el cual sueño—hable cuando entre a la habitación.

—Lydia, tienes que saber todo—me miro directamente. —Ahora todo va a cambiar.

—¿A qué te refieres?

Mi padre me miro quedándose callado unos segundos, sin saberlo si decírmelo o no.

—Papá...por favor, dímelo—rogué.

—Voldemort volvió—confesó. —Voldemort está vivo.

Pensaba que mi vida no se podría volver difícil, que ingenua fui.