Escuche como un horrible grito provenía desde el calabozo.
—¿Realmente no podemos hacer nada? —murmure escuchando como torturaban a Ollivander.
—No—negó Draco dándome un abrazo. —Voldemort no lo quiere liberar
—Es un maldito...—Draco me abrazo con más fuerza.
—Olvídate unos minutos de todo...—murmuró. —Deseo llevarte a un lugar.
—¿A dónde?
—Será una sorpresa—me guiño un ojo. —Prepárate que vuelvo en diez minutos.
Solté una pequeña risa, en mi armario tenía un vestido blanco, hace tiempo no me ponía nada de color, con el ambiente que se vivía en la mansión.
Era un vestido blanco que se ajustaba en la cintura, me puse el collar que me había regalado Draco, me puse solo labial y un poco de rubor, no tenía tantos ánimos de arreglarme.
Me puse un saco, y en mi bolsillo metí mi varita, finalmente me puse unas botas. Cuando termine me retire de la habitación, empecé a buscar a Draco, quien se había cambiado y estaba con pantalones negros con una camisa negra.
—¿A dónde tan elegante? —murmure con una sonrisa pícara.
—Me iré a encontrar con el amor de mi vida—respondió metiendo sus manos a los bolsillos.
—Buena suerte en eso—iba pasar a su lado pero me agarro por la cintura.
—Tonta—soltó una risa. —¿Vamos?
—Vamos.
Draco me abrazo con fuerza, así desaparecimos para dirigirnos a un campo, el sol brillaba con intensidad, parecía que la guerra que vivíamos había desaparecido.
—¿Y este lugar? —hable asombrada. —Es precioso.
—Vamos, hice un picnic—Draco me agarro la mano.
—Vaya, ¿tú lo hiciste?
—Sí—afirmo. —¿Acaso no me ves capaz?
—Te veo pidiendo a los elfos que lo hagan—reí.
—Bueno, me ayudaron un poco—admitió. —¡Un poco!
Entre risas caminamos hacia el picnic, que no estaba tan lejos de donde nos encontrábamos. Nos sentamos, Draco empezó a cortar un pedazo de pastel que había.
—Gracias, caballero—me burlé.
—De nada, dulce dama—contradijo.
Los dos empezamos a comer el pastel, el cual estaba delicioso, Draco me embarro con un poco de pastel en la nariz, yo hice lo mismo pero en su mejilla.
—¡Oye! —Draco gruño.
—Estamos a mano—reí mientras me limpiaba. —¿Por qué me has traído acá?
—Te lo diré cuando la luna aparezca—me dedico una risa burlona.
—No es justo—musite haciendo un puchero. —Sabes que no soy paciente.
—Tómalo o déjalo—hablo para abrir el vino.
—Lo tomo—agarre la copa de vino que me había servido.
Realmente no hablábamos tanto, solo necesitábamos esto, un momento de silencio juntos, sin preocuparnos por lo que podía pasar.
Solo lo necesitaba a él.
Estaba acostada en su pecho, levanté mi mirada y conecto con la suya. Sus ojos, esos bellos ojos que me enamoraron desde el primer momento que lo vi.
—Te amo—hablé.
—Yo te amo más—me acurrucó para acércame más a él.
La luna empezó aparecer sobre nosotros, iluminaba todo el campo, era realmente precioso.
Todo junto a él era hermoso.
—¿Ahora me dirás? —pregunté.
—Sí—Draco se levanto y me ayudo a levantarme.
—¿No me lo podías decir estado echado? —reí.
Draco me sonrió y empezó a hablar. —Lydia.
—Draco.
—Lydia, sabes que me he enamorado de ti desde el primer momento que te vi, sé que te lo digo siempre pero es lo que siento—agarro mis manos. —Ese día que Voldemort...te torturó—bajo la mirada. —Yo sentí que me iba a morir, te juro que contaba cada maldición pensando que sea la última, me frustraba no tener la capacidad de ayudarte.
—No fue tu culpa—murmure. —No tienes la culpa de nada.
—Pero ahora ya no, haré de todo para protegerte de todo aquel que te quiera dañar—confesó. —Porque eres lo que amo y lo que necesito—puso mi mano en su corazón. —Es lo que siento, Lydia.
—Draco...
—Déjame terminar—sonrió. —Así como lo planeamos, ¿te acuerdas? A veces decíamos que íbamos a escapar lejos, solo tu y yo, porque era todo lo que necesitábamos para ser felices—me acercó a él. —Aunque pase cosas malas y buenas, altas y bajas, riqueza y pobreza, yo sé que te quiero a mi lado para siempre.
Draco se alejo un poco y me miro ansioso.
—Por eso, Lydia, amor de mi vida, ya no quiero esperar más, porque nunca he estado tan seguro de algo, pero de esto, de nosotros, estoy seguro—murmuró.
—Draco... ¿de qué estás hablando?
—Hablo de que...—Draco saco de su bolsillo una pequeña cajita, así mismo, se arrodillo ante mí.
Mis ojos empezaron a humedecerse de la felicidad que estaba sintiendo en ese momento.
—¿Me harías el honor de ser tu compañero para toda la vida?
—Sí—hable al instante. —Claro que acepto.
Draco se levanto para abrazarme y darme vueltas, se detuvo y agarro el anillo para ponérmelo en mi dedo anular de la mano izquierda.
—Te amo tanto, Draco—le di un beso con delicadeza.
—Yo te amo más, te amo con todo mi ser—puso su mano atrás de mi cabeza. —Eres todo lo que necesito para vivir.
Sonreí, realmente él me hacía tan feliz.
—¿Te acuerdas que una vez te dije que solo estaba seguro de algo que deseaba? —preguntó, a lo cual yo asentí. —Desde entonces sabía que mi vida pertenecía junto a la tuya.
—Draco...—solté una risa. —Te amo.
Draco me acurruco con sus brazos, y me empezó a besar para echarme sobre el pasto.
Realmente lo amo.
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Siempre estuvo ella ↯ ┃Draco Malfoy┃☑
أدب الهواةLydia, perteneciente a la noble y ancestral casa de los Robertson, seleccionada en Ravenclaw, enamorada desde su primer año del chico más arrogante de Hogwarts, Draco Malfoy. Desde pequeña le inculcaron firmemente la importancia de la pureza de san...