Siempre estuvo ella ↯ ┃Draco Malfoy┃☑

➸ Capitulo 16

Adonis

Tome el último sorbo de mi whisky, mientras tenía la mirada atenta a la chimenea.

Hace días me había enterado que un viejo amigo de Odette había estado cerca de mi pequeña Ly. Lo cual me enfureció bastante. Ese maldito asesino no tenía derecho ni de mirar a mi pequeña.

—Así que el gran Sirius Black ha estado en Hogwarts—hablé al sentir una presencia en mis espaldas.

—Como siempre con tu arrogancia, Idiotonis—farfullo sarcástico sentándose sobre el sillón de la sala.

—¿Qué hacías cerca de mi hija, Black? —pregunté directo con una mirada seria.

—Tu hija es igual de directa que tu—alagó. —Tan preciosa como su madre, pero tan arrogante como tú.

Rodee mis ojos. —Black, si no deseas volver a Azkaban, será mejor que hables de una vez.

—Tu eres muy bueno llevado personas a Azkaban, ¿no? —el semblante de Sirius cambio. —Por eso mataron a...

—¡Yo no la mate! —le agarre del cuello de su polo. —Atrévete a insinuarlo y te partiré en mil pedazos.

Sirius me miro sin decir algo, para luego reír. —Como los viejos tiempos.

Solté mi agarre para acomodar mi camisa. —En los viejos tiempos tu andabas detrás de mi Odette—habló con sarcasmo. —Al final, me escogió a mi—recordé con orgullo.

—Bajo la maldición Imperius, cualquiera se casaría contigo—contradijo. —Seguro tu sabrás de experiencia usar maldiciones, como eras...

—¿Qué querías con mi hija? —interrumpí sirviendo otra copa.

—Solo...—Sirius iba a hablar, pero se detuvo.

—La querías recordar, ¿no? —supuse volviendo a mirar a la chimenea.

Sirius solo se quedo callado, para finalmente responder. —Sí, solo quería verla...por una vez más.

Solté una risa con una mueca. —Más crece, más se parece a ella.

—Las dos realmente son tan preciosas—musito Sirius. —La extraño demasiado.

—Por esta vez, pensamos igual—deje mi copa en un lado. —Es una tortura levantarme sin tenerla a mi lado...—agache la cabeza. —Aún es peor saber que pude haberla salvado.

Sirius negó con la cabeza. —Sé que lo dije, pero, no fue tu culpa, Idiotonis—habló poniendo su toque al final.

—Claro que lo fue—afirme apretando mis puños. —Si yo no hubiera dado nombres de mortifagos, ella seguiría viva.

—Siempre has sido idiota—Sirius se levantó. —Pero, tu no tienes la culpa de que ese maldito infeliz la matará por venganza.

Sirius se puso a mi lado y tomo un poco de mi copa. —Claro, te doy permiso de que tomes.

—Siempre tan amable, Idiotonis—jalo mi mejilla sonriendo burlesco.

Rodee los ojos. —Será mejor que te mantengas alejado de mis...

—No—negó Sirius con el dedo. —Quiero conocer a mi ahijado.

—¿Qué? —solté una risa sarcástica. —Evan solo tiene un padrino.

—Evan merece conocer a su otro padrino—habló orgulloso. —Odette hubiera querido eso.

Sirius puso una absurda cara de perro abandonado, comencé a negar con mi cabeza, pero él seguía con su estúpida cara, finalmente, me rendí y acepté.

—Bien, idiota—afirme cruzado los brazos.

Sirius comenzó a celebrar dando pequeños saltos.

—Pero—Sirius se detuvo, —aún no le diremos toda la verdad a Lydia.

—¿Estás seguro de eso? —pregunto inquieto. —Ella merece saber todo.

Me quedé viendo a Sirius, y di un largo suspiro.

—Aún es muy pequeña para saberlo—agarré un retrato en donde estaba con Odette. —Solo la quiero proteger, de todo.