Las semanas comenzaron a transcurrir, entre más ataques que había, el temor a que Hogwarts fuera cerrado salía. Sinceramente, esperaba que Potter como el protagonista de todo, pueda dar fin a todo esto, no quisiera que cierren el lugar que es mi hogar.
En cuanto a Draco y a mi nuestra amistad se había fortalecido más. Siempre me contaba sus cosas, aún le costaba contarme las cosas que le hacía más. Por ejemplo, cuando su padre le repudio que perdiera en su primer partido, Draco se sintió una vergüenza para su padre durante una semana entera. Siempre me encantaba hablar con Draco, él me hablaba a mi diferente a los demás, era tan diferente conmigo.
Mi amistad con Eli también se fortalecía, con ella era más fácil hablar. Aunque en su casa no tenía tantos amigos, porque su actitud era fría, esa era su manera de ser, y no la juzgaba, literal podríamos estar en silencio, y no se volvería nada incómodo.
Estaba a punto de subir a mi sala común, pero encontré a mi hermano en unas escaleras sentado solo.
—¿Por qué tan solo joven Robertson? —pregunté sentándome a su lado. —Alguien como usted siempre anda rodeando de personas que le suben el ego.
Evan soltó una pequeña risa. —La única persona que quisiera que me suba el ego, esta ahora mismo en brazos de otro.
—Así...Bonnie Fletcher—hablé viendo como su cara cambiaba al instante.
—Estoy enamorado—confesó finalmente. —Estoy malditamente enamorado de una Gryffindor—soltó otra risa. —Si papá se entera estaría indignado, su gran hijo enamorado de...una traidora de la sangre.
—Nadie elige de quién enamorarse—expliqué. —Simplemente llega una persona que te hace sentir completo y único en el planeta.
—Ella me hace sentir tan fantástico—comenzó a hablar abrazado sus piernas contra su pecho. —Su manera de caminar, cuando habla, e incluso cuando se enoja, son cosas que me enamoran de ella. Es tan tierna, pero a la vez tan valiente, nunca se ha dejado pisotear por nadie, ni un poco. Es una leona con todas sus letras. Tuve que esperar cuatro años para al fin admitir mis sentimientos por ella, de lanzar todo mi orgullo y admitir que la quiero...conmigo.
—¿Pero? —hice una mueca.
—Pero ella lo quiere a Weasley—sus ojos comenzaron a sollozar. —Él la puede hacer feliz, yo...yo solo le traeré desgracias.
—Tú eres un maravilloso chico, que, aunque demuestres demasiado ego, tienes un buen corazón—puse mi mano en su hombro. — ¿Qué desgracias traerías?
—Aún eres pequeña para saber el lado oscuro de la familia—explico sin mirarme. —Yo solo puedo darle oscuridad.
—¿Y acaso le has preguntado a ella si quiere esa oscuridad? —contradije
—No lo voy a hacer—se negó. —No valdría nada confesarme, si ella esta con Weasley.
Le tiré un golpe en la parte trasera de la cabeza. — ¡Eres una vergüenza! —le volví a dar un golpe. — ¿¡Acaso no eres un Robertson!? —grité con algo de ira.
—Sí, pero, sí lo—lo volví a golpear. —¡Deja de golpearme!
—¡Estoy salvando tu realidad! ¡Animal! —musité mirándolo enojada. —Mañana mismo irás a confesarte y si no te acepta—crucé los brazos, —existe la amortenia para que te quiera.
Evan se me quedo viendo, hasta que explotó en risas y me abrazo. —Eres la mejor hermana del mundo, maldita sea, te quiero demasiado.
Mi hermano se levantó con una gran sonrisa y se retiró. Cuando Evan desapareció de mi vista, me dirigí a mi sala común. La noche paso rápido, como los chismes de San Potter.
Padma Patil hablaba sobre como Potter había salvado a la pequeña Weasley, y como una vez más, el niño que sobrevivió, volvió a sobrevivir.
Miré hacia la mesa de los leones, en donde el trio de oro estaba de nuevo reunido, mi mirada se dirigió a Bonnie, quién estaba frente a los gemelos, pero ella no les dirigía la mirada. Al instante miré a mi hermano, quién tenía una sonrisa de oreja a oreja.
Las semanas pasaron y así el curso termino. Terminé de empacar mis cosas, salí de mi sala común, en búsqueda de Eli, quién se encontraba sentada en un pasillo, con las piernas abrazadas a su pecho.
—¿Eli? —llamé, Eli levanto la mirada la cual la tenía perdida. —¿Qué ha pasado?
—Yo...—volvió a bajar la mirada, —no lo sé.
Me senté a su lado. —Eli, cuéntame—me volvió a mirar. —¿Qué ha pasado?
—Creo que...la cagué con Theo—habló sollozando un poco. —No lo sé.
—No es tu culpa—afirmé dándole un pequeño abrazo.
—Sí lo fue—contradijo. —Bueno, fue culpa de los dos, ninguno daba ni un paso para seguir.
Volví a abrazar a Eli. —Sé que te duele, pero, ya pasará—le dedique una tierna mirada. —Aparte, eres una Slytherin, estás destinada a grandezas—intenté subir su animó.
—Soy mejor de lo mejor—afirmó levantado la mirada. —Te quiero Ly—me abrazó. —Eres mi mejor amiga.
—Y tú la mía—la abracé más fuerte. —Vámonos, el tren ya saldrá.
Con algunos de la casa de Slytherin, nos dirigimos al tren, al cual llegamos y subimos al instante. Eli encontró un vagón vacío, al cual íbamos a entrar, pero a unos metros estaba Draco con una mirada perdida, por lo cuál le dije a Eli que iría a verlo.
Me acerqué a Draco, pero él no se di cuenta de mi presencia. Le toque el brazo, dio un pequeño respingo ante mi toque y me volteo a mirar.
—¿Draco? ¿Qué ha pasado? —pregunté viendo que sus pálidas mejillas estaban algo rojas.
—Mi padre—habló. —Está furioso por lo que paso con...San Potter—lo último lo escupió. —Fue expulsado del consejo escolar—suspiró. —Sé que no andará del mejor humor cuando vuelva a casa.
—Hey, todo va a mejorar—le dedique una mirada de compresión. —Solo confía en lo que te digo—le sonreí.
Draco me miro por unos minutos, y me jalo del brazo para abrazarme. —Siempre sabes subirme el animó.
Mi cara se enrojeció al instante, apenas pude tartamudear. —Me-me im-importas mucho.
Draco se separo y me dio una última mirada. —Te prometo que te voy a enviar miles de cartas.
—Más te vale—crucé los brazos divertida. —O iré yo misma a lanzarte un maleficio.
Los dos reímos, para cada uno irse por su lado. Cuando entre al vagón, Eli me miró con una picardía.
—Así que...—soltó una risa. —¿Qué tal el abrazo de Malfoy?
Así terminó un año en Hogwarts, conmigo explotando en miles de emociones.
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Siempre estuvo ella ↯ ┃Draco Malfoy┃☑
Fiksi PenggemarLydia, perteneciente a la noble y ancestral casa de los Robertson, seleccionada en Ravenclaw, enamorada desde su primer año del chico más arrogante de Hogwarts, Draco Malfoy. Desde pequeña le inculcaron firmemente la importancia de la pureza de san...