Las vacaciones pasaron rápido, algo que me alegraba ya que volvería a ver a Eli, quién viajo a Estados Unidos a ver a su familia. Mi padre volvió a salir con Lucius Malfoy, aunque a Draco no lo había vuelto a ver desde que termino el año escolar pasado.
Con mi padre y hermano, estábamos en el callejón Diagon, comprando lo último que nos faltaba. Entré a Flourish y Blotts, había una multitud que se apretujaba en la puerta, tratando de entrar, porque estaba Gilderoy Lockhart, presentado sus aburridos libros. Aunque, aprovechándome de mi apellido, me acerque a unos creo que guardias que estaban en la puerta, y les dije mi apellido, por lo cual me dejaron pasar al instante. Como no me interesaba Lockhart, subí a buscar algún libro que me interesara.
Encontré un libro, que era un poco viejo, aunque parecía interesante. Me metí tanto en la narrativa, que me perdí por completo de la realidad, hasta que una voz que conocía perfectamente me interrumpió.
—Como siempre leyendo—habló Draco atrás mío.
Me voltee para mirarlo y este me sonrió. —Draco—le sonreí. —Hace tiempo no te veía.
—Ya sé que mi cara se vuelve una obsesión—presumió.
—No me contestaste la última carta que te envié, hace un mes—hablé frunciendo los labios.
—Perdón—sonrió algo nervioso. —Tuvo unas complicaciones para enviarte cartas.
—Si me compras algún libro te perdono—propuse con atrevimiento.
—Hecho—aceptó mirándome de una manera...diferente.
Los dos nos quedamos viendo unos minutos, hasta que escuchamos que hablaban en el primer piso. Era Gilderoy Lockhart con Harry Potter a su lado.
—San Potter de nuevo queriendo llamar la atención—habló Draco mirando hacia abajo con enojo.
—A todos les parece que Potter es muy inteligente sólo porque tiene esa maravillosa cicatriz—hablé rodeando los ojos. —Bueno, solo tú llamas mi atención—hablé sin pensar, sonrojándome al instante.
Draco solo atino a mirarme sonriendo. —Será mejor que bajemos, quiero decirle unas cuantas cosas a San Potter—habló mientras bajaba.
Potter, los Weasley y Granger aparecieron casi en la entrada, por lo cual Draco se los enfrentó.
—Te fascina no, ¿Potter? —habló enfurecido Draco. — El famoso Harry Potter. Ni siquiera en una librería puedes dejar de ser el protagonista.
—¡No lo molestes! —habló la pequeña Weasley fulminado con la mirada a Draco.
—Y a ti nadie te dijo que te metas—me atreví a defender a Draco, digo, si Potter tiene a los Weasley, Draco me tiene a mí.
—Mira Potter, ya tienes novia—habló Draco sonriendo sarcásticamente.
—No, no, Draco, se más gentil—habló Lucius apareciendo detrás de Draco y haciéndolo a un lado. —Miren es Potter, Lucius Malfoy, por fin te conozco, perdóname—lo jalo y aparto con su bastón un poco el cabello de Harry para ver su cicatriz. —Tu cicatriz es leyenda, como el mago que te la hizo.
—Voldermot mato a mis padres—hablo Potter fríamente. —No es más que un asesino.
—Debes ser muy valiente para mencionarlo—replicó Lucius. —O muy tonto—sonrió con sarcasmo.
—Temerle al nombre solo agranda el temor al hombre—habló Granger metiéndose en la conversación.
—A ti nadie te habló, Granger—contesté fulminándola con la mirada.
Granger y yo habíamos tenido muchas altercados el año pasado, porque las dos queríamos ser las mejores del curso.
—Tranquila, querida Lydia—habló el señor Malfoy sonriéndome. —Tú debes ser Hermione, Draco ya me hablo sobre ti...y tus padres—habló mirando con superioridad. —Muggles, ¿cierto? —soltó una pequeña risa. —A ver, cabello rojo, distraídos, y libros de segunda mano, debe ser los Weasley.
—Niños, apesta aquí, sálganse—apareció el señor Weasley.
—Vaya, vaya, Weasley padre—farfulló el señor Malfoy.
—Lucius—saludo el señor Weasley con frialdad.
—¿Mucho que hacer en el ministerio Arthur? —lo miró con desprecio. —Con tantas redadas, espero que te paguen un poco más—miro el libro que tenía la pequeña Weasley, —pero a juzgar por esto, veo que no—rectificó, — ¿de qué sirve deshonrar el nombre de mago si ni siquiera te pagan bien por ello?
—Pensamos de manera muy diferente sobre lo que es deshonrar el nombre de un mago, Malfoy—habló enfurecido el señor Weasley.
—Claro, estado con muggles... Creí que tu familia no podía caer más bajo—farfullo con repulsión.
Entonces todo paso tan rápido, el señor Weasley se abalanzó sobre Lucius, y comenzó a golpearlo. Justo mi padre llegó y trato de separarlos, todos trataban de hacerlo, excepto los Weasley que alentaban a Weasley padre. Yo gritaba desesperada tratando que paren, y Draco veía asustado toda la situación. Todo se detuvo cuando Hagrid logró separarlos.
—Toma, niña, ten tu libro, que tu padre no tiene nada mejor que darte—habló furioso Lucius mientras mi padre lo agarraba para que no vaya a lanzarle una maldición a Weasley.
—Nos vemos, San Potter—se despidió Draco mirando con enojo a todos, mientras me agarraba de una manera delicada el brazo para salir.
Luego de salir de Callejón Diagon, nos dirigimos a la mansión Malfoy, ya que desde un principio habíamos sido invitados a ir. Cuando llegamos me di cuenta que es una hermosa mansión solariega. Cuando entramos, un elfo domestico recogió nuestras cosas, mientras la señora Malfoy se acercaba preocupada a su esposo.
—¡Lucius! —exclamó horroriza viendo el ojo morado de Lucius. — ¿¡Qué ha pasado!?
—Pasó que hemos vuelta a la época escolar, en donde teníamos problemas por cualquier lugar—farfullo mi padre sonriendo.
—¡Adonis! —la señora Malfoy se acercó a darle un pequeño abrazo a mi padre. —Es una alegría verte, después de tantos años—le dedico una mirada reprochada. —¿Qué paso realmente?
—El traidor de Weasley se atrevió a golpearme como todo un muggle—habló Lucius furioso e avergonzado.
—No me sorprende esa familia—habló despectivamente la señora Malfoy. —Siempre cayendo más bajo de lo que están—su mirada se dirigió a mí. —Oh, tú debes ser la pequeña Lydia, la viva imagen de tu madre—me sonrió de una forma...maternal. —Me puedes llamar Cissy.
—Un gusto conocerla señora...—me corregí al instante—digo Cissy.
—Evan, hijo, hace tiempo no te veía—le agarró su hombro, de una manera maternal, algo que hace muchos años no sentíamos. —Más grande, te pareces más a tu padre cuando era joven, espero que no seas igual de fastidioso como él.
—Yo no era fastidioso—farfulló mi padre indignado. —Tu no entendías mi sentido de humor.
Mi padre y los señores Malfoy comenzaron a hablar recordando sus épocas, Evan paseaba por toda la mansión, mientras Draco y yo hablamos de muchas cosas, este año lo sentía a Draco muy sentido, su manera de verme era diferente, había cambiado.
La cena fue maravillosa, entre bromas del señor Malfoy y mi padre, y con la señora Malfoy contándome de mi madre, sobre lo buena que fue y lo adorable que era.
Los señores Malfoy se portaba de una manera totalmente distinta con mi familia, yo creo que tanto por mi apellido y por la amistad con mi padre, era el motivo de su trato hacia nosotros.
El momento de irnos llego, mi padre se despidió con tristeza de sus grandes amigos, mientras yo me despedía con Draco, aunque ansiosa por volver a verlo en Hogwarts.
—Ay, no quiero que termine las vacaciones—habló mi hermano suspirando mientras nos dirigimos a la mansión Robertson.
—Yo si quiero—afirme sonriendo. —Estoy ansiosa por volver a Hogwarts.
Ansiosa por volver a ver todos los días a Draco.
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Siempre estuvo ella ↯ ┃Draco Malfoy┃☑
FanficLydia, perteneciente a la noble y ancestral casa de los Robertson, seleccionada en Ravenclaw, enamorada desde su primer año del chico más arrogante de Hogwarts, Draco Malfoy. Desde pequeña le inculcaron firmemente la importancia de la pureza de san...