Empecé a tocar la puerta. —Evan, tienes que bajar—no me respondía. —Voy a entrar —seguía sin responderme. —Entraré.
Al entrar vi como mi hermano miraba un collar. Levanto la mirada cuando escucho que pase.
—¿Y eso?
—Bonnie—respondió. —Antes que llegarás, me envió una carta para encontrarnos...—murmuró. —Esta tan hermosa.
Sonreí. —Bueno...al menos te ha pasado algo bueno.
—Sí...—hizo una pequeña mueca. —Aunque también vi a fotocopia de George Weasley.
Lo mire rara. —¿Están juntos de nuevo?
—No—negó rápidamente. —Esta viviendo en la casa de los Weasley, por su seguridad.
—Al menos ella se puede salvar...—murmure algo enternecida.
—Sí—hablo. —¿Él vendrá no?
Asentí, sin querer hablar de eso.
—Ya ha pasado casi medio mes...—murmure.
—Sí...—habló guardado el collar en su bolsillo. —Aún siento que fue ayer la última vez que vi a Thomas.
—Lo extraño tanto...—murmure sollozado un poco.
Evan me abrazo. —Tranquila, él esta en un mejor lugar.
Tocaron suavemente la puerta.
—Pasen—hablamos al unísono.
Cissy entro, su rostro mostraba preocupación. —Bajen, en cualquier momento llegará...el Señor Tenebroso.
Asentimos, nos levantamos y junto a Cissy empezamos a bajar al salón principal. Nuestro rostro cambio a uno frío, la sala estaba casi llena de mortífagos.
—Este lugar apesta—murmuró Evan. —Necesito una copa.
Evan se fue, dejándome cerca a la chimenea, que aunque estaba encendida, el frío se sentía en el ambiente.
—Ly...—murmuraron. —Diablos, cuanto te extrañe.
Me giré lentamente y encontré a Eli, quien estaba junto a Anthony. Rápidamente me acerque a abrazarla.
—Eli—la abracé con más fuerza. —Te extrañe tanto—me separe un poco de ella.
—Yo más—me dio una pequeña sonrisa. —Es raro tener que fingir que te odio allá.
—Lo mismo digo—sonreí y miré a Anthony. —Perdón, no te había saludado.
Anthony se acercó y me dio un pequeño beso en la mejilla. —Hola Ly, es un gusto vegte.
Sonreí, pero unos mortífagos pasaron a nuestro lado y cambiamos nuestras miradas.
—¿Y Drragon? —pregunto Anthony con su acento francés.
—Buena pregunta—solté una pequeña risa. —Iré a buscarlo.
Rápidamente subí hacia la habitación de Draco, al entré lo encontré mirando su ventana.
—¿Draco? —pregunté. —Amor, ¿qué pasa?
—No quiero verlo—murmuro. —Tengo miedo.
Me acerque para abrazarlo.
—Mientras yo este viva—mire directamente a sus ojos. —Nadie te hará daño, ¿sí?
Draco me miro, luego me dio un pequeño beso.
—Te amo, Lydia.
—Te amo, Draco.
Agarrados de la mano, bajamos hacia el salón principal, a los segundos que llegamos, todos empezaron a sentarse alrededor de la gran mesa que estaba colocada en medio del salón.
Me senté al lado derecho de Draco, a su lado izquierdo estaba Cissy, así mismo a lado mío estaba Evan, frente de nosotros estaba Eli junto a su familia.
El silencio abundaba en el salón principal, hasta que...el Señor Tenebroso apareció.
—Mis mortífagos—saludó sentándose en la cabecera de la mesa. —Es un gusto ver a mis fieles seguidores.
Después de hacer un maldito discurso conmovedor sobre como su poder estaba ascendiendo, empezó a preguntar por las misiones, estaba rogando de que preguntará a Draco al último.
—Entonces...—murmuró. —Familia Bennet—sonrió con malicia. —Bueno, tu, Angus, estas viejo para darte misiones, sin embargo, sé que me servirás en algo—continuó. —Tú, William, me has sorprendido en los ataques que tuvimos al mundo muggle, no pensaba que podrías ser...tan sangriento—soltó una asquerosa risa. —Y, por último, la pequeña Bennet, Elizabeth.
Mire a Eli, quien tenia la mirada recta y fría, no mostraba ninguna emoción.
—Información de tu misión—preguntó.
—Potter esta sospechado de Malfoy, sin embargo, no tiene ninguna prueba—habló rápidamente. —Y, su amiga, Granger, ha descubierto sobre los horrocruxes...
—¡¿Qué?! —grito azotado la mesa. —¿¡Como has dicho!?
—Descubrieron la existencia de los horrocruxes—habló sin miedo. —Potter trata de sacarle información al profesor Slughorn, pero no lo está consiguiendo.
Voldemort suspiro y volvió a sentarse, de una manera pasiva.
—Bueno...ya me encargaré de eso—hablo con un tono calmado. —Excelente, Bennet, no esperaba mucho de ti, pero has salido mejor que tu padre y abuelo—todos los mortífagos junto a Voldemort comenzaron a reírse. —Silencio.
Todos se quedaron callados, hasta que Voldemort volvió a hablar.
—Casi me olvido de tu misión...Draco—habló mirándolo. —¿Qué tal vas?
—El armario esta casi listo—hablo fríamente. —Solo falta unos detalles y estará completo, así podrán ingresar directamente.
—Excelente—murmuro. —En cuanto a tu otra misión...sígueme, tenemos que hablar en privado—miro a todos. —Los demás ya se pueden retirar.
Los minutos se hacían eternos, Draco seguía con Voldemort hablando, los demás mortífagos ya se habían ido, incluso Eli con su familia.
—¿Por qué tardan tanto? —murmure a Cissy, quien aunque lo escondía, sabía que tenía mucho tiempo.
Justo cuando termine de preguntar, Voldemort entraba al salón principal, miraba a todos los lados hasta que me vio directamente a mí, y empezó a acercarse a mí.
—Lydia Robertson...—murmuro. —¿Es verdad todo lo que me dijo, Draco?
—Sí—afirme sin miedo, cerrado mi mente.
—Es genial ver la conexión que tienen—sonrió con malicia. —Excelente trabajo en ayudar a Draco con su misión.
—Es un honor ayudar a su favor, mi Señor.
—Buena chica—rio. —Si sigues así, ayudare al inútil de tu padre a salir de Azkaban.
—Gracias, mi Señor.
—Lydia—se acercó tanto que sentía su respiración en mi oído. —Hasta junio...tienen hasta junio para terminar de arreglar el armario...
Lo mire fijamente y sin miedo pregunte. —¿Y si no qué?
—Tendrás que matar a Draco.
Con eso último desapareció.
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Siempre estuvo ella ↯ ┃Draco Malfoy┃☑
FanfictionLydia, perteneciente a la noble y ancestral casa de los Robertson, seleccionada en Ravenclaw, enamorada desde su primer año del chico más arrogante de Hogwarts, Draco Malfoy. Desde pequeña le inculcaron firmemente la importancia de la pureza de san...