Evan
—Duerme tan pacíficamente—sonreí.
—Sí, es tan solo un bebé—Bonnie cubrió al pequeño Adonis con una manta.
—¿Se quedó dormido? —habló Fred, tenía una mirada de preocupación.
—Sí—murmure. —¿Por qué esa cara?
Al instante vino George, quien lucía igual que su gemelo.
—Harry está en Hogwarts—habló.
—Todos los de La Orden tenemos que ir—Fred siguió.
—¡Iremos! —afirmó Bonnie.
—¡No! —me negué. —Yo iré, tú te quedarás con Adonis.
—¿¡Acaso me consideras una mujer débil!?
Y ahí va, sacando su lado de leona.
—¡Evan Robertson, tengo la capacidad de ir a combatir! ¡He estado en misiones peores! —se cruzó de brazos. —¡Tengo que demostrarle a nuestro hijo lo fuerte que soy!
—¡¿Y si te pasa algo?! —grité. —¡¿Qué pasara con nuestro hijo?!
—¡Él va a necesitar a sus dos padres! —hablo. —¡SI yo vuelvo con vida, tú también lo harás!
—¡Pero...!
—¡Pero nada! —me calló. —¡Ahora iré a la casa de Andrómeda, así pueda cuidar del bebé!
Sabía que si seguía diciendo algo, no iba a cambiar en nada, así que solo asentí.
Bonnie metió en una pequeña maleta todo lo que el bebé necesitaba, y con mucho cuidado cargó al bebé.
Me acerque a Bonnie y mire a mi bebé.
—Te amo, mi pequeño bebé—murmure con la voz algo acortada.
—No te pongas así—ella sonrió con algo de tristeza. —Volveremos para estar con él.
—Lo haremos.
Bonnie desapareció junto al bebé, mientras con los gemelos nos dirigíamos a Hogwarts. Al instante aparecimos en uno de los pasillos, junto a La Orden.
—No venía acá hace tiempo—dijo Fred.
—Esta no será la última vez, Freddie—George le sonrió a su gemelo. —Cuando Adonis sea grande, lo visitaremos.
Sonreí, sabía que los gemelos iban a ser grandes padrinos para mi hijo.
—¿Ya estamos todos? —pregunto Kingsley.
Todos nos pusimos detrás de él, nos miró atentamente.
—Listo, entremos.
Con paso firme, empezamos a entrar al Gran Comedor. Desde afuera, escuchaba como Potter hablaba.
—Parece que a pesar de sus estrategias de defensa—gritó. —Aún tiene problemas de seguridad, director—murmuro con asco. —Me temo que es bastante grande.
Potter le hablaba con odio a Snape.
—¡Que agallas de tomar su lugar! —siguió. —¡Diga que paso esa noche! ¡Diga como lo miro a los ojos, al hombre que confió en usted! ¡Y lo mato!
Snape levanto su varita para atacar a Harry, pero la profesora Mcgonagall se lo impidió, dándole un ataque primero.
La profesora junto a Snape se pusieron a combatir, ella le lanzaba hechizo de fuego, mientras él desvía todos los ataques.
Snape se cubrió de un hechizo y al instante desapareció a través de una ventana.
—¡Cobarde! —gritaron
La profesora Mcgonagall dio iluminación al Gran Comedor, mientras todos aplaudían el regreso de Harry y la huida de Snape, todo iba bien hasta que Harry se empezó a sentir mal.
—¿Potter? —la profesora vio como Harry tambaleaba.
Un grito lleno todo el comedor, era una niña quien se sujetaba la cabeza mientras gritaba. Luego otro grito empezó a sonar, era Padma Patil, quien como la niña, sujetaba su cabeza con fuerza.
—Sé que muchos de ustedes...querrán pelear...—la voz de Voldemort sonaba como un susurro en la cabeza de todos. —Incluso algunos pensarán que pelear es sensato...pero es una locura—siguió. —Entréguenme a Harry Potter...háganlo...y nadie saldrá lastimado...Denme a Harry Potter...y dejare a Hogwarts intacto...Denme a Harry Potter y todos serán recompensados...tienen una hora.
La voz de Voldemort desapareció, dejando todo el Gran Comedor en silencio.
—¡¿Qué están esperando?! —grito Parkinson. —¡Que alguien lo atrape!
Ginny fue la primera en ponerse delante de Harry, así todos de la Orden y uniéndose estudiantes nos pusimos delante de él, haciendo como un escudo.
—¡Estudiantes fuera de la cama! —gritaba Filch. —¡Hay estudiantes fuera de la cama!
—¡Tienen permiso de estar fuera de la cama, idiota! —gruño Mcgonagall.
—Auh, perdón, profesora—siseó Filch.
—Pero resulta señor Filch, que su aparición es muy oportuna—murmuro acercándose a los de Slytherin. —Escuche, me gustaría por favor, que escolte a la señorita Parkinson y al resto de Slytherin fuera de esta sala.
—¿Exactamente a donde, profesora?
—Al calabozo, por favor—murmuro.
Todos excepto las serpientes empezaron a aplaudir.
Vamos, por Parkinson no todos somos así de crueles.
—¿No deseas ir con ellos, Robertson? —murmuro Fred riéndose.
Harry se acerco a la profesora, quien le dedico una sonrisa.
—Supongo que tienes razones para regresar, Potter.
—Tiempo, profesora—Harry respondió. —Todo el que pueda darme.
—Haz todo lo que debas hacer—asintió. —Aseguraré el castillo.
Harry empezó a caminar, sin embargo, Mcgonagall lo volvió a llamar.
—Potter, que gusto verte.
—Eso digo yo, profesora—sonrió. —Neville, ya sabes que hacer.
Harry desapareció, y todos los de la Orden empezamos a irnos a diferentes lugares.
—¿A dónde irás? —pregunto Bonnie.
—A la entrada, ayudaré a poner hechizos de protección—informe.
—Iré con los gemelos—murmuro, se acercó y me dio un pequeño beso. —Te amo.
—Te amo más.
Empecé a correr hacia la entrada, daría de todo para darle más tiempo a Potter, no dejaría que esto lo gane Voldemort.
Haría de todo para proteger a mi familia.
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Siempre estuvo ella ↯ ┃Draco Malfoy┃☑
FanficLydia, perteneciente a la noble y ancestral casa de los Robertson, seleccionada en Ravenclaw, enamorada desde su primer año del chico más arrogante de Hogwarts, Draco Malfoy. Desde pequeña le inculcaron firmemente la importancia de la pureza de san...