Capítulo 1: Presentaciones

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Narra Marizza.

Antes de entrar a la habitación respiré hondo. Sentía cierto malestar instalado en el medio del pecho, como si estuviera haciendo algo mal y la culpa se apoderaba de mí.

Me repetía una y otra vez que era por el bien de los dos, y que si o si esto en algún momento tenía que pasar. Con dolor y angustia abrí la puerta del cuarto.

Tragué con algo de dificultad y junté valor para hablar.

Se había terminado de bañar y estaba con unos pantalones de jean y las zapatillas puestas. Solo le faltaba la camisa para irse a trabajar.

- Tenemos que hablar.

Por primera vez desde que entré se percató de mi presencia.

-Hola ¿Como estás? Bien... ¿vos? Yo todo bien, por si te interesa.

Tuvo que ver mi cara para saber que algo estaba pasando.

- ¿Pasó algo? - preguntó.

-No puedo más - dije directa.

Unas cuentas lágrimas empezaron a resbalarse por mis cachetes.

Bajé la vista, no quería verlo; mejor dicho... no podía verlo.

- Te...te juro que te amo con mi vida, pero no puedo más con esto.

- No entiendo de que hablas - noté cierta dureza en su voz.

Ya no era el Pablo tierno y bromista de hace unos minutos. Ahora se notaba un destelló azul más profundo en sus ojos y solo pasaba en dos ocasiones. Cuando estaba preocupado y cuando vivía el punto máximo de placer.

-Me siento desbordada y en mi punto más bajo. No quiero que vengas conmigo a eso - dije con un hilo de voz - queremos algo que no puedo darte, pero si lo podés conseguir con otra.

- ¿Lo decís por lo del embarazo? - pregunto confundido.

Asentí.

-Lo digo por todo.

No era capaz de llevarme a Pablo conmigo al punto más deprimente de mi vida. Él tenía que rehacer su vida con alguien más, conseguir la familia que siempre deseo y ser feliz. No se le iba a complicar en buscar una chica la cual esté loca por él, que sea fácil con ella - porque seamos sinceros, conmigo nada es fácil -

Tal vez no se enamore desde el principio, tal vez eso pase con los anos o simplemente con los meses.

Cualquiera podía llegar a enamorarse de Pablo, era una gran persona, inteligente, con sentimientos verdaderos, tiene en claro su objetivo y es muy exitoso en lo que hace.

- Habló por lo de los embarazos como por lo de el nuevo departamento, por las cosas mínimas y las más complejas.

-Tiene solución.

Su tono de voz demostraba enojo y angustia por partes iguales.

- No la que yo quiero - nuestras miradas chocaron - hace años estamos tratando, no puedo más. No me banco una negativa más. Física, mental y emocionalmente estoy agotada.

Era dolor lo que salía de mi boca.

- No la verdad no te entiendo - se notaba que se estaba enojando - te lo reconozco fueron dos años de mierda. Perdimos dos embarazos. Pero no es el fin del camino, tenemos muchas otras opciones.

Tenía esperanza en nosotros. Eso me rompió más.

- Perdóname de verdad - comenté sin darle la mirada otra vez - necesito tiempo y no lo encuentro. No porque vos no me lo des, sino porque yo no puedo dármelo. Esto de ninguna manera cambia lo que siento por vos...

Siempre se vuelve al primer amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora