CAPÍTULO 20. Provocaciones

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     Shiho sintió como el agua apagaba su fuego interior, sentía las gotas acariciando su piel mientras recordaba los brazos de su amigo rodeándola. ¿Por qué tenía que ser todo tan complicado? se preguntaba mientras aclaraba el jabón sobre su cuerpo. Minutos después salió de la ducha y se anudó la toalla alrededor del cuerpo, abandonó su habitación y entró sin llamar a la de Vi, que se encontraba durmiendo una siesta. La chica se sumergió en la cama y se abrazó a su amiga.

- Estoy perdiendo el norte Vi... -Le dijo en japonés-. No puedo más... no sé qué hacer... hacía mucho, mucho, tiempo que no sentía esto y me niego a permitirme sentirlo de nuevo, no quiero, duele demasiado... ya he sufrido suficiente para dos o tres vidas, no quiero, no quiero...

- Don't think, you think a lot... -dijo la chica entre suspiros aun con los ojos cerrados.

- Pero... -siguió S.

- Shhh... -calló Vi poniéndole un dedo sobre los labios a su amiga-. Feel, just feel.

     S mordió el dedo de su amiga con suavidad.

- ¿A caso has entendido algo de lo que he dicho? -preguntó en inglés aún con el dedo de Vi en su boca.

- No me hace falta entender las palabras para escuchar tu tono de voz. Te conozco demasiado, y sé que ese japonés te desequilibra, te rompe los esquemas y te saca de tu cuadriculada mente perfecta.

- Y tu consejo es que deje de pensar y me deje llevar por lo que siento...

- ¡Mi consejo es que seas tú joder! sé tú misma, sé la tía que recuerdo, la que conseguía lo que quería cuando quería. Ten agallas y enfréntate a alguien que sí, claro que puede hacerte daño, pero él está igual de cagado que tú, tiene mucho más que perder que tú y aun así te seguiría hasta el final del mundo. No lo quieres ver, pero él te desea y tú no haces más que apartarlo por miedo, no te recordaba tan cobarde... No sé qué te ha pasado este año y medio pero te has ablandado. ¡Así que deja de entrenar el físico y entrena el valor de una puñetera vez!

- Vi... -sólo pudo decir la chica ante tal bofetada de realidad.

     Vi se acercó a su amiga y la besó con dulzura, como disculpándose por la rudeza de sus palabras y avivando así el deseo de S, que había quedado parcialmente sofocado pero que aún la removía por dentro. Shiho le correspondió el beso con pasión agarrando a la chica y calmando la excitación a la que había estado sometida minutos antes.

- ¿Esto es lo que habrías querido hacer con él? -preguntó Vi entre jadeos.

- ¡Ah! -gritó S frustrada volviendo a pensar en el detective.

- Ya veo... mira cariño no es que desprecie tus apasionados besos, pero no me quiero llevar lo que debería llevarse otro, no sé si me entiendes... Soy una asesina, no una ladrona -dijo Vi con ironía.

- No pienso volver a besarle -cortó tajante S.

- Bueno pues deja de utilizarme como objeto sexual y déjame dormir, que para esto es para lo que quería la tarde libre -dijo con burla la chica mientras empujaba a su amiga con manos y pies hacia el borde de la cama.

- Vale, vale... ya me voy, ya me voy... -Se quejaba S ante el rechazo, y acto seguido abandonó la habitación.

     El detective salió de su cuarto para toparse con su vecina de habitación que se aproximaba por el pasillo ataviada tan solo con la toalla. Cuando ambos jóvenes se encontraron cara a cara, el aire que les envolvía se volvió más pesado y difícil de respirar. Se quedaron un momento callados, mirándose, sin saber muy bien qué decir después del encuentro que habían tenido en el gimnasio.

SherryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora