CAPÍTULO 26. Enfrentar el miedo a la cara

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     El nuevo vídeo situaba la escena en la misma calle del vídeo anterior. Shiho había decidido, después de un par de semanas viviendo allí, que ya era hora de enfrentarse a su miedo directamente a la cara, de hablar con Gin y cerrar ese capítulo de su vida que no la dejaba avanzar del todo. No le había dicho nada de lo que se proponía hacer a Vi ni a Key, no quería preocuparles. La chica se había preparado para la ocasión y llevaba un bote de ansiolíticos en el bolsillo, del que ya se había tomado uno para calmar los nervios antes de visitar al asesino.

     Avanzó deprisa hacia la puerta y tocó con decisión, sabía que si dudaba acabaría retrocediendo y huyendo de su propia sombra. La puerta se abrió rápidamente como si el habitante esperase una visita. Gin apareció sudoroso con unos pantalones cortos deportivos y una toalla sobre los hombros desnudos. La chica dio un repaso con la mirada a la figura del hombre, cuyo torso descubierto dejaba ver unos musculosos abdominales. Cuando empezó a notar sus mejillas arder apartó el rostro hacia un lado con molestia.

 Cuando empezó a notar sus mejillas arder apartó el rostro hacia un lado con molestia

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- ¿Recibes así a todas tus visitas? -preguntó la chica con acidez.

- Pretendía salir a correr y justo has llamado... y sí, salgo así a correr si esa es tu siguiente pregunta -contestó cortante el hombre.

- Ya no vas al gimnasio... -apuntó la joven desde el marco de la puerta.

- No. Quería respetar tus entrenamientos y también nuestro acuerdo, así que ahora entreno en casa y salgo a correr por el vecindario.

- No hace falta que hagas eso, puedes volver al gimnasio si quieres -dijo Shiho sintiéndose culpable por alterar la vida de Gin.

- No quiero.

     Hubo un silencio incómodo entre los dos. Había pasado demasiado tiempo desde que ambos se lo contaban todo sin vacilar. La confianza que había entre ellos se había roto, y ahora era difícil mantener una conversación fluida, sin que la aplastante verdad sobre los hechos que les separaron se hiciera camino cortando los lazos que les unían.

- ¿Qué querías? -preguntó Gin rompiendo el silencio.

- Hablar contigo, pero si estás ocupado vuelvo otro día -dijo Shiho que se estaba replanteando huir de un momento a otro.

- Sherry, iba a correr... no estoy ocupado -dijo Gin con obviedad-. Entra -La invitó separándose un poco de la puerta para dejarla pasar.

      La joven atravesó la entrada temblando, sujetaba sus manos para que no se notara demasiado, pero por dentro estaba deseando gritar.

     Se echó la mano a su bolsillo y agarró el bote de ansiolíticos, el mero hecho de notar el tacto del bote la tranquilizaba. Respiró hondo y se detuvo en medio del pequeño salón de la casa.

- ¿Quieres algo de beber?, ¿agua, sherry...? -Se ofreció Gin como buen anfitrión.

- ¿Tienes sherry? -preguntó la chica con curiosidad.

SherryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora