CAPÍTULO 28. Un nuevo despertar

7 1 0
                                    

     Shiho se encontraba en su cama descansando, tras haber regresado esa misma mañana del hospital. Tenía unas profundas ojeras y una piel muy pálida. Key entró sin hacer ruido a la habitación de la chica, portando una bandeja con té y pan tostado con mantequilla de cacahuete y mermelada.

- Venga peque, despierta ya... -susurró el informático dejando la bandeja sobre la mesilla, al lado de la joven.

- No me apetece... -dijo Shiho entre gruñidos sin abrir siquiera los ojos.

- Vi viene de camino, si no te apetece despertar con mis dulces cuidados te advierto que menos te gustará despertar con su energía... Venga, haz un esfuerzo...

      Key besaba la frente de la joven, jugaba a tirarle suavemente del pelo y le acariciaba la cara para molestarla con delicadeza. La chica apartaba con la mano los gestos del chico como quien quiere librarse de una pesada mosca.

- Está bien, ya lo pillo... -La chica se rindió ante la insistencia del joven y acabó por abrir los ojos e incorporarse un poco apoyando la espalda sobre el cabecero de la cama.

- Te he traído el desayuno... No tenías mucho en la despensa, pero creo que esto servirá... -dijo Key mientras le ponía la bandeja sobre el regazo.

- Gracias Key... -Shiho miró al chico con ternura y le regaló una sonrisa mientras se llevaba la taza a los labios.

     En ese momento entró Vi a la habitación como si fuera un huracán, arrasando con todo a su paso.

- ¡¡¡Buenos días!!! ¡¡¡Hoy hace un día precioso!!!

      Vi abrió las cortinas de par en par, dejando entrar los rayos de sol iluminando toda la estancia. Shiho cerró los ojos y frunció el ceño, la luz le molestaba después de haber estado varios días con los ojos cerrados.

- ¿Cómo te encuentras cariño? Menudo susto nos diste...

- Mejor... gracias... -dijo la joven entreabriendo los párpados-. ¿Cuántos días he estado en el hospital?

- ¿No lo sabes? Has estado cuatro días holgazaneando... Pero no te preocupes, he tomado las riendas del laboratorio por ti, he conseguido hacerme entender entre tanto japonés y eso tiene mérito... Al principio no estaban muy conformes, pero enseguida me hice con su completa devoción -dijo Vi orgullosa con los brazos en jarras.

- Vi... les amenazaste con no tener vacaciones, y con hacer horas extras sin cobrar si no te hacían caso... -dijo Key pinchando la burbuja de satisfacción de su amiga.

- ¡Calla! No hace falta entrar en pormenores...

- ¿Os han dicho qué fue lo que me pasó...? -preguntó Shiho avergonzada.

- Sí, un virus del estómago muy chungo que te tuvo vomitando y al borde de la deshidratación -respondió Key.

      No les han dicho la verdad... Shiho respiró aliviada, no deseaba que sus amigos supieran lo que realmente le había llevado a estar en el hospital. Miró a los dos jóvenes sentados al borde de la cama mirándola con unos ojos llenos de amor y de preocupación. La chica dio un nuevo sorbo al té para tragar el nudo en su garganta, no quería preocuparles, no quería hacerles daño... Es mejor si no se enteran... pensó la joven, al tiempo que se sentía tremendamente culpable por lo que casi había conseguido, y por engañar a su nueva familia.

      En aquel momento, dos hombres vestidos de negro entraron en la habitación. Gin tenía el semblante serio y miró a los tres jóvenes con desprecio. Vodka, por su parte, estaba sonriente y tenía un pequeño ramillete de flores que traía a la joven convaleciente.

SherryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora