CAPÍTULO 32. La batalla definitiva

13 1 0
                                    

      Akai sujetó con más fuerza los brazos del joven y le miró fijamente a los ojos, asintió levemente, sabiendo que nada que dijera iba a convencerle de abandonar al amor de su vida, así que le soltó y sin mediar palabra siguió caminando. Entonces escucharon un agónico grito femenino cercano. Shinichi se alegró de escuchar aquello, aunque fuera un grito de dolor sabía que el cuerpo de Shiho era resistente y estaba acostumbrado a recibir daño, pero gracias a ese grito sus esperanzas de encontrar a la chica con vida crecieron y aquello le dio la energía necesaria para correr en su auxilio.

     Akai y Shinichi se miraron un instante, decididos a traspasar la puerta que les separaba de su mortal enemigo. El agente del FBI cogió aire un segundo y abrió la puerta de una fuerte patada, sobresaltando a los dos en el interior de la sala. Gin se encontraba agarrando una gruesa cadena entre sus manos, corría sangre por los eslabones y se derramaba en el suelo a sus pies. Shiho se encontraba de rodillas, con las palmas de las manos sobre el suelo, intentando no perder el equilibrio y resbalándose con su propia sangre. Tenía la espalda al desnudo, completamente cubierta de heridas. Al ver a los dos asaltantes aparecer por la puerta, Gin agarró a Shiho del pelo y la levantó de un tirón para usarla de escudo. Akai portaba un revólver y se acercaba peligrosamente a los dos, con una mirada de odio que congelaría el mismísimo infierno. Shinichi miraba horrorizado el maltrecho cuerpo de la joven que estaba entre las asquerosas manos del asesino.

- Vaya, vaya... ¡qué sorpresa! -dijo sarcásticamente Gin-. La rata del FBI ha venido a salvarte Sherry... ¿qué se siente al ser la hermana favorita de este cretino? No hizo nada por Akemi y sin embargo aquí está, intentando expiar su culpa. Por cierto, Akai... ¿se puede saber cuántas vidas te quedan? -gruñó Gin molesto.

 ¿se puede saber cuántas vidas te quedan? -gruñó Gin molesto

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

- Shinichi... -dijo la joven en un hilo de voz al ver al joven.

- ¡Suéltala de inmediato Gin! -gritó Akai-. El juego ha acabado... tú estás acabado. El edificio está rodeado, no tienes escapatoria posible, tus únicas alternativas son la cárcel o la muerte.

      El rostro de Gin se tornó en una mueca de derrota y en un rápido movimiento rodeó el cuello de la chica con la cadena que tenía entre las manos.

- Verás Akai... yo no soy un hombre al que le guste estar en una jaula..., soy un cuervo y a los cuervos les gusta volar libres, además el naranja me sienta fatal, yo soy más de vestir de negro... -dijo con burla el asesino-. Elijo la muerte, pero si yo muero te aseguro que ella se viene conmigo -amenazó aplicando fuerza a la cadena y apretando el cuello de Shiho con ella-.

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
SherryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora