CAPÍTULO 35. El reloj

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     Los días pasaban sin señales de Key ni Vi. Ran y Shinichi hablaban todos los días y Shiho y Shinichi no se veían desde que llegaron. Estar tan cerca de la chica y a la vez tan lejos era una tortura para el detective, que soñaba cada noche con despertar a su lado. Cada mañana tenía el impulso de ir a buscarla al laboratorio. Se le hacía dura la desintoxicación. No podía pensar en otra cosa. Recordaba las palabras de Key y de cómo tendría que superar la adicción que provocaba Shiho. Akai y Amuro habían peinado la zona buscando algún rastro de la organización, pero no encontraron a nadie sospechoso. Tras esperar unos días prudenciales, sin señales de estar siendo vigilados, Shinichi llamó a Ran para avisarla de que ya podía ir a visitarlo sin peligro. La chica se presentó en su casa esa misma tarde.

- ¿Seguro que estamos a salvo? -preguntó Ran con prudencia nada más llegar.

- Sí, el FBI se encarga de vigilar la casa y no hay señales de los malos. -La tranquilizó Shinichi-. Ven, vamos a la biblioteca...

      El joven quería estar a solas por primera vez con su novia, pero no quería incomodarla llevándola a su cuarto. Al llegar, Shinichi cerró la puerta y se aproximó al escritorio para sentarse encima de un salto. Recordó a su amigo sentándose en cada encimera, improvisando sillas por cada objeto que encontraba. Le echaba mucho de menos, y casi cada gesto que hacía estaba fuertemente condicionado por Key, lo que hacía imposible no recordarle. Su rostro se ensombreció preocupado.

- ¿Va todo bien Shinichi?

- Sí, no es nada... es que tenía muchas ganas de estar contigo a solas desde que empezamos a salir... y me molesta que tenga que ser así, en medio del caso más importante que he tenido nunca... -dijo con pesar.

     Ran se alegró de que el joven se sincerara de esa manera. La tranquilizaba pensar que, a pesar de todo, él la seguía queriendo.

- Bueno... hemos esperado mucho para esto, por esperar un poco más tampoco pasa nada...          -dijo la joven con una sonrisa amable.

- Es que yo no quiero esperar más -rebatió el joven con un gesto serio en su rostro.

     El detective saltó del escritorio para situarse a escasos centímetros de ella. El corazón le latía con rapidez, pero estaba decidido, iba a darle el primer beso a su novia, no podía retrasarlo más.

     Por su parte, Ran estaba al borde del infarto, intuía las intenciones del chico, pero al mismo tiempo le parecía completamente imposible, no era capaz de reconocer al joven que tenía delante. El chico del que había estado enamorada toda su vida era muy prudente y nada romántico, no era lanzado en absoluto, sin embargo, parecía que esa parte de su personalidad se había esfumado desde la última vez que le vio. Ahora parecía seguro e interesado en ella como algo más que una amiga. La reacción del joven acercándose peligrosamente la asustó. Era obvio lo que iba a suceder inminentemente, eran una pareja y ya era hora de demostrarlo de esa manera, pero había algo en él, en su carácter lanzado, que no encajaba y que hizo retroceder a la chica.

- Shi...Shinichi... ¿estás seguro? -preguntó con voz temblorosa.

- ¿Seguro de besar a mi novia? Bastante seguro sí -contestó con seguridad mientras la agarraba por la cintura.

-          ¿Seguro de besar a mi novia? Bastante seguro sí -contestó con seguridad mientras la agarraba por la cintura

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