CAPÍTULO 6. Dos cumpleaños y un salto

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     En el siguiente vídeo se mostró con claridad la edad de la niña, iba a cumplir diez años y una de las escenas trataba precisamente sobre el día de su cumpleaños. La pequeña se encontraba entrenando sus capacidades físicas con Gin. Ambos corrían en una cinta en un pequeño gimnasio. Ella paró para beber un poco de agua y se quedó mirando al infinito distraída.

- Despierta y ve hacia el saco -dijo Gin jadeando mientras aumentaba la velocidad en la máquina.

      La niña obedeció. Caminó lentamente y arrastrando los pies con desgana hasta el saco de boxeo, colgado en un lateral de la sala, y se colocó las protecciones para los puños. Entonces empezó a golpear al saco con suavidad.

- ¿Le estas dando puñetazos o le estás acariciando? -preguntó el chico que se acercaba a la niña mientras se secaba el sudor de la cara con una toalla.

     Shiho desoyó el comentario, y siguió dirigiendo sus puños hacia su víctima con desgana. Gin la empujó con fuerza contra el saco haciéndola chocar, para caerse poco después.

- ¡Ey! ¡¿Qué haces?! -Se quejó la niña que ahora se encontraba sentada en el suelo dolorida.

- Eso te pregunto yo... ¿qué demonios estás haciendo? -Le preguntó el joven mientras le tendía la mano para ayudarla a levantarse.

- Hago lo que me dices...

- No. Haces lo que te da la gana... Mira esto es lo que estabas haciendo -Gin empezó a imitarla dando delicados golpecitos al saco sacándole burla-. ¿Crees que así vas a poder defenderte del FBI?

- No... -respondió la chica avergonzada.

- ¡Pues déjate de tonterías y dale fuerte!

    La niña empezó a golpear con todas sus ganas, haciendo tambalear el contenedor de arena que había colgado frente a ella. Pegaba fuertes gritos en cada descarga. Acabó por cansarse a los pocos minutos. De modo que se quedó un momento abrazando al saco mientras descansaba y recuperaba el aliento.

- Shi... ¿qué te pasa? -preguntó Gin que ya se olía que algo no iba bien.

     Empezaba a conocerla mejor de lo que se conocía a sí mismo. Podía leer las expresiones de su rostro, e intuir cuándo algo le perturbaba. Se anticipaba a la mayoría de las reacciones de la niña y sabía bien cómo tratarla. Era la persona con quien más horas al día compartía y con quien más unido estaba. Ellos tenían muchas cosas en común y cada año que pasaba se forjaba más ese lazo entre los dos.

- Es que mañana Akemi no estará aquí... -dijo apenada.

- Akemi está en Estados Unidos, ya lo sabes... está buscando un buen instituto.

- Lo sé... pero es el primer cumpleaños que voy a pasar sin ella y apenas la veo últimamente...

- Tendrás que acostumbrarte. Ahora que ella es mayor está más ocupada con sus estudios, es importante que la adelanten uno o dos cursos y así ser útil para la organización cuanto antes.

- Ya.... y cuando se vaya a América no la veré más... -dijo la niña con amargura en su voz y con la mirada fija en el suelo-. La echo de menos...

     Gin la miró con cierta compasión. No entendía muy bien ese apego por la familia, pero sí sabía que no le gustaba ver a su pequeña protegida pasarlo mal.

- Venga, ve a ducharte, nos vamos a dar una vuelta... ¿Te apetece ir al cine?

- ¿En... serio...? -preguntó incrédula la niña que miraba ilusionada al su tutor con un brillo en los ojos.

SherryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora