CAPÍTULO 13. Sherry

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     Gin cogió la mano de la chica y tiró de ella para que se incorporase.

- ¿Qué tal?, ¿te ha gustado? -preguntó el hombre expectante.

- No estoy segura... -dijo ella sin entender del todo cómo debía sentirse al respecto-. Ahora vete -ordenó para que el hombre cumpliera su parte del trato.

- Un momento, aún hay una última cosa importante que tengo que decirte.

- Espero que no sea una treta para escaquearte de cumplir con el trato... -dijo la chica molesta por tener que seguir viéndole la cara.

- No lo es... es algo bueno, muy bueno, de hecho.

     El asesino cogió la botella de licor que había traído y llenó los dos vasos con su contenido.

- Ten, bebe un poco -Le dijo ofreciéndole uno de los vasos.

- No quiero, ya no bebo, no desde la última vez... -dijo Shiho recordando cómo su última borrachera le dejó algo más que resaca a la mañana siguiente.

- No hace falta que te lo bebas entero, sólo pruébalo y dime a qué sabe.

     La chica obedeció, pegó un ligero sorbo al licor y se relamió los labios.

- No sé a qué sabe... ¿a vino? -dijo la chica intentando asociar el sabor con algo que conociera.

- Dime si es fuerte, suave, dulce, amargo...

- Es suave y dulce al principio y luego quema al final de la garganta.

- Exacto, este licor es exactamente como tú... -dijo Gin con una sonrisa.

- ¿A qué te refieres?, ¿a dónde quieres llegar a parar? -preguntó la chica impaciente por librarse de la presencia de Gin.

- ¿Sabes cómo se llama? -preguntó Gin sin responder a las preguntas de la chica.

- No -contestó cortante.

- Sherry, esta bebida se llama Sherry, y es igual que tú, así que ese será tu alias a partir de hoy.

- ¿Sherry? -preguntó la chica sorprendida.

- Así es, ya formas parte de la élite -dijo Gin con orgullo-. Lo hablé con el jefe y ambos estamos de acuerdo en que estás más que preparada. Enhorabuena por el ascenso Sherry -dijo mientras chocaba su vaso con el de ella a modo de brindis y se lo llevaba a la boca.

- ¿Y ahora qué? -preguntó la chica sin saber qué conllevaba aquel nuevo puesto.

- Ahora eres un poco más libre. Tienes poder de decisión, puedes vivir donde quieras, si no quieres seguir en la residencia la organización te pagará un piso y ya no estarás bajo vigilancia constante. Podrás vestir como quieras, ir a donde quieras, podrás decidir un poco hacia dónde orientar tu futuro, pero tendrás que seguir obedeciendo los principios y normas de la organización. Además, si te encargan una misión tendrás que aceptarla sin rechistar, sea lo que sea, tendrás que hacerlo.

- ¿Podré conocer y hablar con el jefe? -preguntó la chica emocionada.

- No, eso sólo lo podemos hacer unos pocos, tendrás que seguir demostrando tu absoluta fidelidad a la organización antes de poder tener ese privilegio, pero estoy seguro de que algún día podrás lograrlo.

- Entonces, ahora... tú y yo somos iguales... -dijo la chica mientras observaba al hombre de arriba abajo-. Ya no eres mi superior...

- Sí..., bueno, algo así... -dijo Gin antes de volver a beber otro trago.

SherryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora