CAPÍTULO 1. La familia Miyano

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     Lo que se reprodujo a continuación era un vídeo de una cámara de videovigilancia que, por la calidad de la imagen, era muy antigua, pero bastante buena para la época. En el vídeo aparecía una pareja jugando con dos niñas pequeñas. Una de ellas era un bebé de aproximadamente un año, y la otra tendría unos cinco años. El padre jugaba con la mayor a adivinar banderas de diferentes países y la madre le enseñaba cubos con figuras de colores a la más pequeña.

- ¡Akemi eres muy buena memorizando banderas! -elogió el padre a su hija mientras le daba un cálido abrazo.

- Congrats honey! Mommy is very proud of you -dijo la mujer al otro lado de la estancia-. And you, Shiho... you will be a genius... -dijo mientras miraba al bebé que ordenaba las piezas por colores, formas y tamaños.

     Shinichi y el profesor se quedaron de piedra, estaban ante un vídeo de la más tierna infancia de Shiho, imágenes que ni si quiera estaban seguros de que ella hubiera visto. Los dos espectadores no podían tener los ojos más abiertos. Pero algo hizo que también abrieran la boca de par en par. Pocos segundos de metraje después apareció en escena Vermut, con el pelo a media melena y una amplia y despreocupada sonrisa.

- ¿Dónde están mis princesitas? -preguntó con simpatía.

- Aquí está la tita Sharon -dijo el hombre sonriendo a la mujer que acababa de entrar.

- ¡Tita Sharon, tita Sharon! -gritó la pequeña Akemi mientras corría para abrazarla.

- Come here sweetie! -dijo mientras la elevaba del suelo para abrazarla.

- ¿Cuándo has llegado Sharon? -preguntó la mujer cogiendo en brazos al bebé.

- Hace un par de horas... quería comprobar que mi ahijada tuviera el mejor cuarto del mundo... ¿te gusta tu nueva casa Akemi?

- ¡Sí! ¡¡Es muy bonita!! Ahora hay un cuarto para Shiho y otro para mí ¡¡y el parque está cerquísima!! -dijo la niña emocionada-. Pero echo un poco de menos a mis amigos del colegio... -cambió enseguida el tono y el rostro.

- Bueno... pero con lo linda que eres enseguida tendrás un montón de amigos nuevos, no te preocupes por eso... -dijo la mujer con una enorme sonrisa mientras dejaba a la niña en el suelo de nuevo.

- Te agradecemos muchísimo esta oportunidad Sharon... -dijo el hombre sonriente.

- Yo os agradezco aún más que aceptaseis, no podía ver cómo dos mentes tan privilegiadas se quedaban atascadas en aquel pueblucho sin salida...

-          ¿Sharon, quieres coger a Shiho? -dijo la mujer con familiaridad

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- ¿Sharon, quieres coger a Shiho? -dijo la mujer con familiaridad.

- Of course! -respondió Vermut sosteniendo al bebé entre los brazos-. Es todo un angelito...

- ¡Ja! angelito dice... -rio la mujer sarcásticamente-. Tendrías que ver el genio que tiene, no se parece en nada a su hermana... -Al acabar la frase la pequeña se echó a llorar en brazos de la actriz.

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