CAPÍTULO 18. El tiempo juntos

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     Key y Vi acostumbraron a pasar mucho tiempo con Shiho. Un día, la chica se encerró en su habitación y no daba señales de vida. Vi golpeó la puerta preocupada por su nueva amiga.

- Ey, S ¿estás bien? -preguntó Vi al otro lado.

- Sí... es que tengo mucho que estudiar... -Se excusó la chica.

- ¿Me dejas pasar? -insistió la química.

- Va...vale... -respondió Shiho desganada.

La joven estaba tirada en la cama, boca arriba, mirando al techo absorta.

- ¿Llevas así todo el día? -preguntó Vi preocupada.

- Casi...

- Y ¿me vas a contar lo que te pasa? -preguntó Vi mientras se sentaba en la cama a su lado.

- Es que es una chorrada...

- No lo será si ha evitado que te vea en todo el día... Que sepas que Key está super preocupado... iba a venir él a sacarte arrastras de los pelos, pero he pensado que era mejor que viniera yo -dijo Vi con dulzura.

- Es que... -empezó la chica titubeando-. Mañana... mañana es mi cumpleaños...

- ¿¡Qué?! ¡¡Eso hay que celebrarlo!! -exclamó Vi emocionada.

- Sí... ya... -dijo la chica abatida.

- ¿Qué problema hay? Deberías estar contenta, nos vamos a pegar una fiesta cojonuda...

- Es que me gustaría que mi hermana pudiera estar aquí... siempre suele venir a mis cumpleaños, pero está muy ocupada en Japón y ya me ha dicho que este año no podrá ser... La echo muchísimo de menos y esperaba poder verla mañana... -La voz de la joven se apagaba con cada palabra.

- Bueno... sé que nada podrá sustituir el cariño de tu hermana en un momento como ese..., pero te prometo que haré que disfrutes mucho de tu día. Sé que no nos conocemos demasiado, pero te he cogido mucho cariño y si me dejas me gustaría ser tu hermana sustituta...

     Las palabras de Vi empezaron a arropar con el mayor de los cariños el corazón de Shiho, que sintió cómo aquella soledad que tanto la había torturado meses atrás se disipaba. La joven se incorporó de la cama y le regaló una cálida y sincera sonrisa a la química.

- ¿Sabes que tienes la edad de mi hermana...? -dijo Shiho antes de abrazar a Vi.

- Y yo siempre he querido tener una hermanita pequeña... -contestó Vi correspondiendo a su abrazo.

     La siguiente escena saltaba al día siguiente, justo al día en que Shiho cumplía dieciséis años. Key la llevó hasta el sótano de la residencia, donde estaban aparcados muchos coches y demás vehículos de los habitantes del lugar. Allí abajo, Key le puso un casco en la cabeza a Shiho, con una pegatina en la visera para que no pudiera ver nada. La guio de la mano unos metros a ciegas por el garaje, entonces contó hasta tres y le levantó la visera para que la chica pudiera ver a Vi, subida a una moto con un enorme lazo rojo encima.

- ¡¡¡Felicidades!!! -gritaron los dos al unísono.

- ¿Una moto...? -preguntó Shiho mientras se acercaba corriendo.

- Vaya, pensaba que te haría más ilusión tenerme a mí a tu entera disposición...

-dijo Vi con un tono de fingida decepción.

- Pero si a ti puedo tenerte a cualquier hora... -dijo Shiho siguiendo con la broma.

- Pensé que te haría ilusión... -dijo Key acercándose-. A los dieciséis ya tienes edad para conducir, así que he pensado que es el mejor regalo de todos, esto y unas clases para que aprendas a llevar coches y motos.

SherryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora